Desde la aceptación comprendemos que todo lo que tenemos en nuestra vida —aptitudes, relaciones, posesiones...— es un regalo recibido y no es una deuda que debemos exigir al mundo.
La guerra está devastando Ucrania: hay muchas víctimas, muchas de ellas niños, hay mucha destrucción. Pero Rusia también podría pagar muy caro las consecuencias de este cruel conflicto. Si los rusos se rindieran a la paz, sería una gran victoria para ellos y para toda la humanidad.
Quizá por eso nos impresionan los ucranianos. Sin ánimo de romantizar la guerra, que es siempre dramática, ellos ponen su vida en riesgo por su compromiso.
En el Día Internacional de la Mujer, nuestros pensamientos se dirigen a quienes están experimentando un gran sufrimiento como consecuencia de la guerra que se libra en Ucrania. En este año el Papa les instó a mirar su humanidad que puede regenerar el mundo.
“Acoger, proteger y asistir a los cientos de miles de refugiados que huyen de Ucrania es una responsabilidad común y se debe respetar el principio de no devolución”, declaró el Arzobispo Gabriele Caccia, Observador Permanente del Vaticano ante Naciones Unidas.
Estamos frente a una guerra de consecuencias impredecibles para el mundo. La condena internacional de la invasión rusa en Ucrania es casi unánime, pero los bombardeos se hacen siempre más dramáticos involucrando a los civiles. La esperanza es que crezcan voces de paz.
Nuestros representantes tienen la magna tarea de hacer historia en vez de negarla. Ellos/ellas han de abrir un futuro en base a un pasado que no se puede despreciar del todo, atendiendo las demandas de verdad y justicia.
El desarrollo de la red 5G, que promueve el Internet de las cosas, se basa en la idea de que el cambio tecnológico es, en general, beneficioso. Sin embargo, sus críticos han invitado a hacer un verdadero debate democrático sobre el tema, pues la innovación tecnológica es inseparable de una responsabilidad ética (1).
Uno de sus aspectos notables fue su capacidad para reinventarse una y otra vez, y entender que, tras una nueva Sudáfrica, no se detenía la lucha por una sociedad más justa tanto en su patria como en el resto del mundo.