China, más que cuestionar el sistema económico mundial, busca sacar provecho de él. El gran desafío por delante será mantener esa hoja de ruta en un entorno de complejidad.
Es necesario un gran pacto global que supere el paradigma de la seguridad nacional de cada país, para así lograr abrazar la seguridad planetaria, a través del diálogo interreligioso e intercultural.