Sin comparar ni menospreciar en absoluto a los pueblos de los anteriores países en los que he vivido desde 1986 y a los que conocí en diferentes misiones especiales, no recuerdo un solo lugar en el que tanta gente me sonriera por el solo hecho de mirarla o dirigirle un saludo.
El Servicio Jesuita a Refugiados – Estados Unidos, con la misión de educar, servir y defender a los refugiados y otras personas desplazadas por la fuerza, utilizó un enfoque integral para reducir el sufrimiento de esta comunidad mediante oportunidades educativas y económicas.