Tenemos que hacernos cargo de que, durante este diálogo, habrá veces que no se nos entienda, que se nos entienda y no se nos acepte y que, incluso, a veces se diga de nosotros cosas que no nos gusten.
Un nombre, al principio de una vida, es tan solo una posibilidad, un deseo o una promesa. Pero lo bonito es irlo llenando de significado a lo largo de la propia historia.