Dios convierte a una mujer sencilla en la primera de los cristianos, en un ejemplo de vida y de fe que nos sigue acompañando, inspirando y apoyando, especialmente cuando llegan el dolor y la dificultad.
Sigamos desde nuestras casas de familia orando por la libertad no solo de los presos políticos, sino por la libertad de Venezuela, y que a toda esta situación se le encuentre lo más pronto posible una solución, porque nosotros y nuestra gente no aguanta más.
Como buen poeta y artista consumado, don Pedro Casaldáliga vive rodeado de símbolos. Sencillos, pobres y austeros, como él, pero siempre bellos. Desde su casa, repleta de recuerdos, a su catedral, decorada por Cerezo, pasando por su capilla o sus objetos más cotidianos.