Haciendo balance de estos más de 35 años, Hilda reflexiona sobre cómo ha evolucionado el Servicio Jesuita a Refugiados, sin olvidar sus cimientos en la visión del P. Pedro Arrupe.
Originaria de Puerto Rico, Hilda Serrano vive en Roma desde 1971 y comenzó a trabajar para el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) en diciembre de 1985. Desde su jubilación en 2013, siguió como voluntaria del organismo, cada martes en los archivos internacionales. Haciendo balance de estos más de 35 años, Hilda reflexiona sobre cómo ha evolucionado el JRS, sin olvidar sus cimientos en la visión del P. Pedro Arrupe.
—Háblanos de cómo era tu vida cuando te involucraste por primera vez con el JRS.
Estaba trabajando en la Oficina de Prensa de la Compañía de Jesús y me transfirieron para encargarme de la secretaría del JRS bajo su primer director, el P. Dieter Scholz sj. Juntos organizamos la oficina. Pusimos en marcha la contabilidad, destinamos una habitación en la Curia como almacén de ropa de invierno, que distribuíamos principalmente entre los refugiados etíopes. Ayudaba en las reuniones, preparación de boletines y luego trabajé en la administración. Poco a poco, el JRS creció y se convirtió en una oficina muy acogedora y feliz.
Conocí al P. Arrupe en algunos eventos formales. Lo que más recuerdo de él es que cada vez que pasaba por mi oficina, asomaba su cabeza y decía: “Come va? Tutto bene?”. Guardaré este gesto en mi memoria para siempre.
—¿En qué punto de tu vida estás hoy?
El JRS cambió mi vida, durante más de 35 años, y me siento feliz de seguir involucrada hasta el día de hoy. Venir a la oficina me da la oportunidad de recordar y reflexionar sobre todo lo que hemos logrado y todo lo que ocurre hoy. El JRS se enfrenta ahora a nuevos acontecimientos y desafíos mundiales, pero como dijo el P. Arrupe, «no podemos resolver los problemas de hoy con las soluciones de ayer». Es sorprendente ver cómo el JRS continúa adaptándose a las necesidades actuales sin perder esas raíces establecidas ya hace tiempo con el P. Arrupe.
—¿Cómo el JRS marcó la diferencia en tu vida?
Me dio una nueva perspectiva del mundo. Antes de trabajar aquí, desconocía la dimensión del sufrimiento de las personas y de todo lo que se estaba haciendo para remediar su situación. Trabajar con el JRS también me permitió conocer la Compañía de Jesús, colaborar estrechamente con los jesuitas y ver cómo vivían. Todo esto me dio una nueva perspectiva, una oportunidad de sentirme agradecida, así como herramientas y un marco de referencia sobre cómo quería vivir mi vida.
—El JRS habla sobre caminar con las personas a las que servimos y de acompañarlas en su camino. ¿Qué significa para ti el acompañamiento?
El JRS adopta un enfoque diferente en la ayuda a las personas, no solo brindando apoyo material, sino también estando con ellas, escuchándolas y dándoles herramientas tan necesarias para su futuro, como son la educación, la formación, el apoyo psicosocial, la esperanza. El acompañamiento es muy importante para el JRS, y recuerdo lo que la gente sobre el terreno diría sobre su trabajo y sobre cómo compartir el ministerio del P. Arrupe de estar con, más que hacer por. Así es en el caso del JRS. Me acompañaron mis superiores y compañeros, y todavía hoy sigo recibiendo esa compañía y apoyo del personal del JRS.
—Lea más testimonios de nuestras contrapartes y compañeros aquí.
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Fuente: https://jrs.net