Aborto y cambios en la cultura

Sr. Director:

Es notable la aprobación de la nueva ley de aborto, justa y necesaria para las mujeres. ¿Cómo fue posible, contra la fuerte resistencia de una poderosa minoría de mentalidad conservadora, incluida la autoridad católica? En mi opinión, la respuesta se encuentra en un cambio cultural ocurrido en Occidente desde mediados del siglo XX. Esto no ha sido comprendido por la autoridad, que sigue apegada a conceptos ya vacíos para la mayoría, pues los tiempos han cambiado.

Por meses hemos asistido a un diálogo de sordos. Donde unos creen ver un crimen atroz, otros percibimos opciones legítimas y respetables, aunque dolorosas. Es una revolución en el sentido de Thomas Kuhn. Desde un paradigma heredado, de autoridad vertical y de control, se evoluciona hacia un paradigma de diálogo, consenso y autonomía. En cierto sentido, el saber ya no es más el patrimonio de una elite iluminada, sino que es descubierto entre todos, laboriosa y amorosamente.

Desde mediados del siglo XX notables descubrimientos han ampliado los espacios de libertad en sexualidad y reproducción. La fecundidad se ha vuelto controlable en la regulación de la natalidad y en la fertilización asistida. Ha evolucionado la cultura: se acepta el divorcio y el nuevo matrimonio; la homosexualidad es descubierta como una realidad humana, no una enfermedad. Ahora no resulta razonable forzar a una madre a continuar su embarazo en condiciones trágicas. La fecundidad humana y el embrión han dejado de ser tabú y ya no son «sagrados» al modo antiguo.

Esto no ha sido comprendido por tantas personas que están sufriendo al ver desmoronarse los supuestos básicos que les daban seguridad. Son las crisis del pensamiento descritas por Kuhn, inevitables en la historia.

Estimamos discutible el papel jugado por la autoridad religiosa, desde el poder y, a veces, la amenaza, postura que ayer consiguió abolir el aborto terapéutico en dictadura y frenó su introducción en democracia durante años. Son formas de la vieja Cristiandad, estilo de poder más que de servicio.

Muchos cristianos estamos satisfechos de la aprobación de la nueva ley de aborto por el Tribunal Constitucional, que devuelve a la mujer la capacidad de decidir en dilemas trágicos. Ha cambiado el sensus fidei fidelium. Aun no se publican los fundamentos del fallo, que será interesante conocer.

Cristián Barría Iroume

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