Sr. Director:
Celebro la preocupación que constantemente se observa en las distintas ediciones de revista Mensaje por los temas vinculados a la crisis climática y por el rol que las sociedades debiéramos cumplir en la tarea de afrontar sus consecuencias. Resulta valioso que se busque orientar a las personas y también a líderes de opinión. Tiene importancia en nuestro medio, en un tiempo en que sufrimos de cerca los efectos de, por ejemplo, malas condiciones ambientales que afectan la calidad del aire y deterioran la salud de quienes son más vulnerables. Uno se pregunta si las autoridades tienen verdaderamente conciencia de la gravedad de esto y si, en consecuencia, cumplen con el debido cuidado sus tareas preventivas y de mejoramiento de las posibilidades de cooperación que todos tenemos en esto.
Como recientemente lo han dicho estudios científicos, es muy importante mejorar los índices de calidad del aire y reducir la contaminación ambiental de nuestras ciudades. Se está demostrando que la contaminación del aire es responsable directa del incremento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, e incluso del desarrollo de distintos tipos de cáncer. El hecho de que hayamos tenido los veinte años más calurosos de la historia, aumentando la temperatura 0,2°C cada año, ha tenido un efecto acumulativo en el estado de salud general de la población.
Es claro que se hace necesario un cambio radical de todos para fortalecer los esfuerzos nacionales para mejorar las condiciones, especialmente, de nuestras ciudades (menos empleo de automóviles, aumento de cobertura arbórea, fomento de energías renovables, etc.), para lo cual se requiere políticas de largo plazo y no solo preocupación por contar con planes de contención de los efectos perversos de todo lo que estamos viviendo.
Juan A. Díaz Reyes