Alto Karabaj: Ciento veinte mil armenios cada vez más aislados

En el corredor de Lachin, que conecta el territorio con Armenia, ya no pasan alimentos, medicinas ni combustible. También se han cortado la electricidad y la conexión a Internet. Nadie entra ni sale mientras la situación humanitaria se vuelve cada vez más crítica.

La situación de los ciento veinte mil armenios del Alto Karabaj, cada vez más aislados debido al bloqueo del corredor de Lachin —la única carretera que conecta este territorio con Armenia— sigue siendo crítica. Una situación que se prolonga, al menos, desde diciembre del año pasado, cuando un grupo de manifestantes ecologistas —autodenominados azerbaiyanos— organizaron un bloqueo de carreteras para protestar contra las actividades mineras en dos yacimientos situados en territorio armenio. Desde entonces, no se ha respetado la libertad de tránsito prevista en un acuerdo de alto el fuego de noviembre de 2020 y garantizada formalmente por dos mil soldados rusos.

SE ESTÁN AGOTANDO LAS RESERVAS DE ALIMENTOS

En la República de Artsaj —como llaman los armenios al territorio del Alto Karabaj— ya no llegan las cuatrocientas toneladas de mercancías que solían llegar a diario desde Armenia y los alimentos de las tiendas se están agotando. El gobierno local ha instituido una tarjeta de racionamiento para reducir las compras de alimentos y está recurriendo a las reservas estatales que se agotarán en unos días. También se han cerrado los jardines de infancia y las guarderías por falta de alimentos.

“Es la primera vez que se alcanza un bloqueo de este nivel y la gente no estaba preparada”. Así lo explica la escritora italiana de origen armenio Antonia Arslan. “Son montañeses y tienen algunas reservas, pero vamos hacia el racionamiento, que ya está activo para los productos de primera necesidad”, subraya. “Antes, el corredor se interrumpía más de una vez, pero durante 24 horas o día y medio”.

Es la primera vez que se alcanza un bloqueo de este nivel y la gente no estaba preparada.

SOLO UNOS POCOS ENFERMOS GRAVES CONSIGUEN SALIR

También se están agotando los medicamentos y se han suspendido todas las intervenciones quirúrgicas previstas, en una zona donde viven treinta mil niños y veinte mil ancianos. Solo después de las presiones del Consejo de Europa y de la Cruz Roja internacional, tras la muerte de un enfermo grave en un hospital de Stepanakert, algunos pacientes son trasladados en los convoyes especiales a los distintos centros especializados en Armenia.

De hecho, nadie puede salir del territorio ni llegar a él, con la paradójica situación de unas mil personas —entre ellas varias decenas de niños— que se encontraban en la capital armenia, Ereván, el 12 de diciembre para asistir a la final del Festival de Eurovisión Junior y que ahora no pueden regresar a sus hogares ni reunirse con sus familias.

“Han tenido que pasar las Navidades en condiciones realmente precarias”. Lo explica Siobhan Nash-Marshall, profesora de filosofía y ensayista. “Están en condiciones difíciles y cuanto más tiempo pasan allí más angustia les produce saber qué les pasa a sus padres, saber que ni siquiera pueden conseguir medicamentos. Es una crisis humanitaria por derecho propio”. Otras mil quinientas personas están varadas en Alto Karabaj y no pueden regresar a Armenia.

CRISIS ECONÓMICA

Pocos vehículos circulan por las carreteras debido al bajo nivel de combustible, mientras que la red eléctrica lleva días interrumpida. La empresa armenia que debe reparar la avería no ha sido autorizada a transitar y las pequeñas centrales hidroeléctricas de Artsaj solo garantizan electricidad durante unas horas al día. Debido a la difícil situación económica, casi el 20% de las empresas del territorio han cesado su actividad y al menos tres mil cuatrocientas personas han perdido su empleo.

LLAMAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO

Fueron numerosos los llamamientos para desbloquear esta crisis humanitaria, incluido uno del Santo Padre a la hora del Ángelus del 18 de diciembre.

“Estoy preocupado por la situación que se ha creado en el corredor de Lachin, en el Cáucaso meridional”. Además, el Pontífice afirmó: “En particular, me preocupan las precarias condiciones humanitarias de las poblaciones, que corren el riesgo de deteriorarse aún más durante la estación invernal. Pido a todos los implicados que se comprometan a encontrar soluciones pacíficas por el bien del pueblo”.


Fuente: www.vaticannews.va / Imagen: Pexels.

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