Ann Nu Thawng: La monja que, de rodillas, pudo parar una matanza en Myanmar

La religiosa, con lágrimas en los ojos, logró salvar a más de un centenar de jóvenes.

La imagen ha dado la vuelta al mundo. En el día con más violencia en Myanmar, con al menos 18 víctimas mortales y más de 30 heridos por la represión de la Policía contra los jóvenes manifestantes que protestaban de forma pacífica, una religiosa, con lágrimas en los ojos y, de rodillas, logró parar a los uniformados y evitar ejecuciones a sangre fría.

“Con lágrimas en los ojos, la hermana Ann Nu Thawng ruega y detiene a la policía para que deje de arrestar a los manifestantes. Aproximadamente 100 de los manifestantes pudieron escapar de la policía debido a la monja”. Así lo destacaba, en sus redes sociales el cardenal Bo, visiblemente impresionado ante el coraje de esta religiosa de la congregación de las religiosas de San Francisco Javier. Que, no contenta con eso, logró refugiar a un centenar de jóvenes en su convento.

“La acción de la religiosa y la respuesta de la policía que, al ver la súplica de la monja, se detuvo, ha sorprendido a muchos de nosotros. La hermana Ann hoy es un modelo para los líderes de la Iglesia: los obispos y sacerdotes están llamados a dejar sus zonas de confort y dar ejemplo de su valentía”, confiesa, en declaraciones a Fides, Joseph Kung Za Hmung, director de Gloria News Journal, el primer portal católico del país.

“En la zona de Myitkyina, las manifestaciones siempre han sido pacíficas y sin incidentes. Pero en los últimos días algunos episodios de violencia amenazaron con hacer precipitar la situación”, explicó Hmung, sumándose a los elogios de cardenal de Yangon.

“En el último mes todos hemos implorado: la paz es el único camino, la paz es posible. El Papa Francisco ha pedido la resolución de todos los conflictos a través del diálogo. Los que quieren el conflicto no desean el bien a esta nación. Convirtámonos todos en Elías proclamando la paz, encendiendo una lámpara de esperanza en medio de las tinieblas”, pidió el purpurado, quien invitó a “rearmarnos con la reconciliación y el diálogo. El Monte Tabor de Myanmar debe ser escalado con paciencia, tolerancia, si queremos ser testigos de la transfiguración. El mal debe desaparece, pero no puede ser destruido por otro mal”.

“Condenamos enérgicamente la escalada de violencia contra las protestas en Myanmar y pedimos al ejército que detenga de inmediato el uso de la fuerza contra manifestantes pacíficos”, concluyó el Cardenal. (Jesús Bastante / Fides)

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Fuente: www.religiondigital.org

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