Apoyo al Sínodo de jóvenes

Sr. Director:

Ha sido bueno el apoyo del Equipo del Tiempo Sinodal Magis expresado en las páginas de Mensaje a la propuesta de fondo del papa Francisco al convocar un Sínodo sobre los Jóvenes, la Fe y el Discernimiento Vocacional. Sin embargo, el lenguaje empleado puede ser más personal, de manera de no solo ilustrar, sino también comprometer. Así, en vez de llamar a la Iglesia —que es, finalmente, una institución— hay que esforzarse por atraer a la fraternidad de discípulos de Jesucristo. No basta mirar las necesidades del mundo y defender la dignidad del ser humano, cuestiones que son entre sociológicas y filosóficas. Es preciso ver a los necesitados y no solo como empobrecidos, sino sobre todo como personas alejadas de la salvación terrenal y eterna. No es suficiente mencionar la Buena Noticia, sino anunciar a Jesús enviado por el Padre con el amor del Espíritu Santo para perdonarnos y dar, a todos, vida abundante.

El discernimiento vocacional no se limita a descubrir jóvenes llamados al sacerdocio o a la consagración religiosa masculina o femenina, sino valorar la consagración por el bautismo en que Dios nos hace hijos predilectos, partícipes misteriosos de la naturaleza divina. Cada bautizado ha de vivir para la gloria de Dios, distinta de cualquier aparato público triunfal, idéntica solo a la manifestación multiforme de la bondad de Dios. El discernimiento vocacional del creyente, distinto en cada persona y en cada etapa de su maduración, es dejarse conmover por las mayores necesidades de sus circunstantes amplios y cercanos, y descubrir en los propios talentos y gracias, limitaciones personales y recursos comunitarios incluidos, los signos de su voluntad de atender a esos necesitados con máxima bondad, para entregarse con confianza a Él.

Hno. Enrique García A., F.S.C.

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