Aquellos sí que eran tiempos

Lo nuestro no es ocupar espacios sino ayudar a generar procesos. El bien siempre es posible por eso, ni el éxito ni el fracaso anterior pueden ponerle límites.

Pertenecer a una institución con tantos siglos de historia y compartir la vida con personas que tienen un recorrido vital largo es sin duda un regalo y un privilegio. Te ayuda a ir teniendo una mirada a largo plazo, a comprobar que el aforismo latino de Cicerón «historia magistra vitae» es verdad…

Pero, como casi todo, también tiene sus sombras. Señalo dos: el escepticismo producido por lo que se intentó y no salió y, en segundo lugar, la nostalgia de los éxitos pasados que impide ponernos de nuevo y una vez más manos a la obra.

Comienzo por lo segundo. Hay experiencias pastorales y épocas que marcan. Tiempos buenos que dejaron huella en muchas personas a quienes ayudaron a encontrarse con Cristo y a unirse a la tarea evangelizadora de la Iglesia. Sin embargo, acudir continuamente a experiencias positivas pasadas puede paralizarnos para seguir realizando el bien aquí y ahora. Porque las circunstancias que hicieron posible aquello ya no existen… pero existen otras y Dios nos lanza a la misión hoy. Cuidado con no confundir el bien realizado con el bien absoluto, cerrando así las puertas al bien posible.

Acudir continuamente a experiencias positivas pasadas puede paralizarnos para seguir realizando el bien aquí y ahora.

Lo primero también es un riesgo. La frase «eso ya se intentó hace 20 años y no salió» es sosa cáustica. Bloquea cualquier iniciativa basándose en una experiencia negativa pasada e ignora que las circunstancias que hicieron fracasar la propuesta han podido cambiar. Cuando funcionamos así podemos actuar movidos por el miedo a que otros consigan lo que no se pudo en vez de alegrarnos por una nueva oportunidad para lo que nosotros no logramos.

Esto me recuerda algo muy propio del Papa Francisco: lo nuestro no es ocupar espacios sino ayudar a generar procesos. El bien siempre es posible por eso, ni el éxito ni el fracaso anterior pueden ponerle límites.


Fuente: https://pastoralsj.org / Imagen: Pexels.

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