El misterio de la Ascensión no se puede ver al margen de la vida, pasión y resurrección de Jesucristo.
Domingo 1 de junio de 2025
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas (24, 46-53).
Jesús dijo a sus discípulos: «Así está escrito, el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto. Y Yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto».
Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo. Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Los discípulos, que se habían postrado delante de Él, volvieron a Jerusalén con gran alegría, y permanecían continuamente en el Templo alabando a Dios.
Como dice la primera carta de San Pablo en el capítulo 15, ver 14 y ss que nuestra fe en Dios y la predicación del evangelio están vacías y carentes de todo sentido sin la creencia en la Resurrección de Jesucristo. Este misterio es la fuerza que nos impulsa en nuestra vida de Fe, por lo tanto, el misterio de la Ascensión no se puede ver al margen de la vida, pasión y resurrección de Jesucristo.
Nuestra fe en Dios y la predicación del evangelio están vacías y carentes de todo sentido sin la creencia de la Resurrección de Jesucristo.
Toda nuestra vida debe estar en concordancia con esta creencia, debemos ver al prójimo con este prisma, nuestras acciones deben ser de acuerdo a la predicación de Jesús, el amor al prójimo, el no discriminar a las personas, ya sea por raza, religión, sexo, estatus económico, lugar de nacimiento; no permitir que otros abusen del prójimo por estas razones, u otras. Es difícil ir contra la corriente, bien lo saben los miles de mártires que lucharon para que estas cosas no sucedan, es difícil, cierto, pero nuestro compromiso como creyentes es vivir y dar a conocer las enseñanzas de Jesús.
Por ejemplo, Jesús siempre tomó en cuenta a las mujeres, les llamó por su nombre, conversó con ellas, perdonó sus pecados, de hecho, ellas fueron las primeras a quienes les anunció su Resurrección y les pidió que fueran a avisarle a los hombres; los evangelios nos dan muchos relatos donde se ve el trato digno que Jesús le daba a las mujeres.
Fuente: Mujeres Iglesia Chile / Imagen: Pexels.