Entrevistado por Vatican News, el cardenal secretario de Estado destaca la característica del pontificado de Francisco: la alegría.
Es el colaborador más cercano del Papa: el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin. Nos encontramos con él en ocasión de los cinco años de pontificado de Francisco, preguntándole, ante todo, cuáles son, en su opinión, las características más sobresalientes de su magisterio:
“Ya han pasado cinco años; han pasado muy, muy rápido, al ritmo de muchos eventos felices y tristes. Sigue siendo cierto que la elección de un Papa y su Ministerio son siempre un don para la Iglesia y para la humanidad, cuya importancia espiritual y eclesial debe ser considerada, evaluada, leída a la luz de la fe y de la acción de la Providencia. Este aniversario nos hace pensar un poco a todos sobre cuáles son las características del Magisterio y de la acción del Papa Francisco. Meditando en ello, tuve un pensamiento que albergaba desde hace tiempo: me impresionó que todos los documentos, o al menos los de mayor importancia —hablo de la Evangelii Gaudium, que ha sido un poco el documento programático de su pontificado, luego la Amoris Laetitia, y también, aunque indirectamente, la Laudato Si’— siempre aluden a la alegría: Evangelii Gaudim, Amoris Laetitia, Laudato Si’, la alabanza que nace de la alegría de un espíritu lleno de amor. Y entonces, tal vez, yo diría que la característica fundamental de este pontificado es precisamente la alegría, una alegría que no nace de la despreocupación, sino del hecho de saberse amados por el Señor. He aquí, entonces, la otra línea del Pontificado: la misericordia, es decir, un amor personal y total que Dios tiene para cada una de sus criaturas, y, por otra parte, la alegría de comunicar a los demás la Buena Noticia del Evangelio; el hecho de anunciar, de llevar a otros el anuncio de la salvación de Jesús, se convierte en fuente de alegría para quien lo recibe, pero también para quien lo proclama. Es una alegría compartida. Entonces, la tercera línea me parece la de la evangelización, la de la Iglesia en salida que debe llevar el Evangelio a todas las criaturas. Me parece que estas son, en pocas palabras, al menos para mí, las características fundamentales de este pontificado”.
—Cardenal Parolin, con el Papa Francisco podemos hablar de una Iglesia en camino, en todos sus componentes. Sin embargo, dentro y fuera del pueblo de Dios, a veces hay pareceres contradictorios. ¿Cómo se puede responder a las críticas?
Ciertamente una de las características —también un poco para retomar la primera pregunta— del pontificado de Papa Francisco es la dimensión de una Iglesia en salida, una Iglesia en movimiento, por eso la invitación apremiante que el Papa ha hecho desde el principio, de no quedarse detenidos, de no echar mano al principio del “siempre se hizo así” —lo dice explícitamente en la Evangelii Gaudium—, para no dar ningún paso adelante. Naturalmente, sabemos bien hacia dónde conduce este camino; este camino conduce a una mayor fidelidad de la Iglesia a su naturaleza de pueblo de Dios y cuerpo de Cristo, y a una mayor eficacia en su misión evangelizadora. Así que, probablemente, sin juzgar a nadie, precisamente este impulso, este dinamismo que el Papa ha imprimido y que quiere imprimir en la Iglesia, puede ser causa de diferentes juicios, contrastantes y a veces inclusive opuestos.
En cierto sentido, es normal, creo, el hecho de que todos los pontificados hayan estado sujetos a críticas. Luego, en lo que respecta a las críticas, yo distinguiría entre críticas destructivas, agresivas, verdaderamente malas —usamos esta palabra— y aquellas que son en cambio críticas constructivas. Y entonces probablemente existe un modo diferente de reaccionar y responder a estos dos tipos de críticas. En cuanto a las críticas agresivas y destructivas, no queda más que aceptarlas en cruz y considerarlas como parte de la corona de espinas que todos debemos llevar, sobre todo los que tienen responsabilidades en la Iglesia y que, por lo tanto, también tienen un rol público. Así que no hay nada que hacer. Pienso que no se agotarán, siempre habrá. En cuanto a las críticas constructivas, creo que deben tenerse en cuenta porque pueden ayudar, pueden ser una ayuda para una mejora e inclusive para un perfeccionamiento también del propio servicio. Pienso que las críticas constructivas son las críticas que nacen de una actitud fundamentalmente de amor y que tienen en la mira la construcción de la comunión en la Iglesia. Me parece que este es un criterio fundamental; apuntan a la comunión en la Iglesia y quieren ayudar también al Papa a ejercer mejor su Magisterio y su ministerio a favor de toda la Iglesia.
—Cardenal Parolin, ¿cuál es su deseo para el Papa Francisco?
Creo que el deseo que le hacen muchas personas, tanto dentro como fuera de la Iglesia, muchas personas que ven al Papa Francisco como una figura importante y significativa en el mundo contemporáneo, sea este: el deseo que el Señor le dé vida, salud, fortaleza, coraje para seguir guiando la Iglesia. Entonces, concluimos con las palabras de la antigua oración: “Deus conservet eum et vivificet eum” —“Dios lo conserve y le dé siempre fuerza y vigor”—. Le deseamos al Santo Padre todo lo mejor. ¡Ad multos annos, Santo Padre!
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Fuente: www.vaticannews.va