Cardenal Rodríguez Maradiaga denuncia “guerra sin nombre” provocada en Honduras por pandillas “que matan por extorsión”

Pregunta si “¿tenemos espacio para Dios en nuestra vida cuando él trata de venir a nosotros?”.

El cardenal de Honduras, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, dijo este domingo que su país vive “una guerra sin nombre” por las pandillas que “matan por extorsión”, y recordó las guerras en Siria, Ucrania y en la Península Arábiga.

“La vida es más poderosa que la muerte y la guerra. Esos infiernos modernos donde el mundo nos lleva por egoísmo, por deseo de poder y de dominar”, subrayó el cardenal hondureño en su mensaje de Navidad durante una homilía en la Basílica Menor de Suyapa.

Señaló que el Papa Francisco ha pedido que “oremos por Siria, la guerra olvidada que lleva más de 10 años; por Ucrania, la guerra que lleva 10 meses, y por las naciones del Sur de la Provincia Arábiga, que vive en permanente guerra”.

Además, por “nuestra Honduras, donde hay una guerra sin nombre donde hay tantas pandillas que matan por extorsión y tanto crimen, no es posible que aquel que trae la paz venga a nosotros y nosotros no le recibamos”.

A finales de noviembre, el Gobierno de Honduras que preside Xiomara Castro le declaró “la guerra a la extorsión”, flagelo que en el presente siglo ha dejado centenares de muertos y muchos micros, pequeños y medianos negocios en la ruina.

A finales de noviembre, el Gobierno de Honduras que preside Xiomara Castro le declaró “la guerra a la extorsión”.

Castro dijo entonces que la extorsión es una de las principales causas de inseguridad, migración, desplazamiento, pérdida de libertad, muertes violentas y cierre de pequeños y medianos negocios.

La violencia criminal, incluida la extorsión, la pobreza, el narcotráfico, altos índices de desempleo, la corrupción y la injusticia, son algunos de los flagelos que más afectan a Honduras, que tiene cerca de diez millones de habitantes.

El cardenal hondureño indicó que “puede que aún hoy Dios no encuentre casa entre tantas personas y tantos pueblos, Dios no puede encontrar casa donde dominan el hambre, la violencia, la guerra, la mentira, el odio, la injusticia”.

“Un mundo en el que perpetúan estos males no recibe a Dios, no quiere recibirlo, por eso hoy es fiesta de la Navidad, de la alegría, y no simplemente del desvelo y la resaca”, enfatizó Rodríguez.

El religioso invitó a la sociedad a preguntarse: “¿Tenemos espacio para Dios en nuestra vida cuando él trata de venir a nosotros?”. (RD/Efe)


Fuente: www.religiondigital.org / Imagen: Pexels.

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