Colombia: Promotoras de salud, una iniciativa de construcción de paz

Con el fin de dar a conocer las experiencias del trabajo que han surgido a partir de la labor constante de acompañar, servir y defender a la población en situación de desplazamiento forzado o refugio, se han sistematizado las iniciativas de paz lideradas por mujeres y acompañadas por los equipos nacionales pertenecientes al Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) en la región Latinoamérica y el Caribe.

En Colombia, frontera con Venezuela, se ha venido trabajando con un grupo de mujeres “Promotoras de Salud” residentes en los asentamientos La Conquista y Guadalupe, ubicados en el anillo vial de la ciudad de Cúcuta. Este grupo está conformado desde el año 2015 y cuenta con la participación de 25 mujeres en situación de desplazamiento forzado a causa del conflicto armado colombiano.

Esta iniciativa nace en respuesta a la identificación de necesidades comunitarias y, ante las limitadas posibilidades de acceder a servicios de salud, deciden formarse en temas de salud pública y cuidado comunitario para implementar estrategias de prevención de la enfermedad y promoción de la salud a nivel familiar y comunitario. Entre las acciones más destacadas se resaltan las brigadas de salud e identificación de familias con altos índices de vulnerabilidad, para hacerlas beneficiarias de tanques de almacenamiento de agua, filtros purificadores de agua, análisis coprológicos y desparasitación de niños y niñas.

Esta experiencia con mujeres constructoras de paz es acompañada por el equipo en Norte de Santander del SJR Colombia a través del área de Integración Local para la transformación de las problemáticas del sector, principalmente las relacionadas con las alertas sanitarias y las prácticas cotidianas contra la salud de la población residente allí.

En este sentido, el SJR comienza un proceso de formación a mujeres líderes de estas comunidades en temas de fortalecimiento de capacidades comunitarias para la gestión del riesgo y el cuidado preventivo de la salud desde la cotidianidad. De manera que puedan ser autogestionados al interior de las familias y la comunidad como respuesta a las necesidades identificadas en el sector.

Los principales objetivos que la iniciativa de paz de las “Promotoras de Salud” se ha propuesto cumplir son:

— Sensibilización de la comunidad a través de estrategias de educación popular frente a la importancia de adquirir hábitos cotidianos para el cuidado de la salud.

— Desarrollo de habilidades para la promoción comunitaria de la salud y la gestión del riesgo mediante acciones de cuidado y autocuidado.

— Generación de espacios comunitarios para la transferencia de conocimientos que brinden herramientas prácticas a las familias para el cuidado de la salud y la gestión del riesgo.

— Participación en el desarrollo de acciones de prevención y promoción de la salud y gestión del riesgo a nivel local, como brigadas de salud y suministro de tanques de almacenamiento de agua y filtros.

— Consolidar estrategias individuales y colectivas que fortalezcan las capacidades locales para la construcción de paz dirigidas especialmente al cuidado en salud y gestión del riesgo de las familias de la comunidad la Conquista.

Durante estos años, gracias a estas acciones, este grupo de mujeres líderes ha fortalecido sus capacidades comunitarias para la gestión del riesgo, promoción de la salud y prevención de enfermedades como parte de acciones dirigidas al mejoramiento de la calidad de vida y la garantía de derechos para la permanencia en el territorio en miras a la construcción de paz y reconciliación en la comunidad la Conquista.

Óscar Calderón Barragán, coordinador del equipo del SJR Colombia en Norte de Santander resalta que “el aporte a la paz es la posibilidad de generar espacios para que la comunidad de acogida y la población migrante que llega a estos territorios puedan construir juntos la visión de su territorio y sean los protagonistas de su propio cambio”.

De igual manera, Marlen López, asesora del área de Integración Local en Cúcuta, destaca la importancia del rol de la mujer en estos procesos: “Las mujeres tienen una gran capacidad de organización y un fuerte interés por el desarrollo de la comunidad, y el aporte que las mujeres promotoras de salud han hecho, no solo ha transformado a la comunidad, sino que también se han generado cambios a nivel personal y nivel familiar en la medida que han transformado su propia realidad y sus historias de violencia desde el aumento de su autoestima y del reconocimiento de su propia capacidad de liderazgo. Asimismo, han creado una red muy fuerte que les ha permitido ser un entorno protector para ellas mismas a la vez que reconocerse desde la colectividad para la construcción de paz”.

Es importante resaltar que el desarrollo comunitario, como resultado de la iniciativa, proyecta lo colectivo por encima de lo individual, a pesar de las experiencias vividas por cada una a causa del conflicto armado colombiano. Estas mujeres han logrado un alto nivel de empoderamiento e incidencia no solo al interior de su comunidad, sino también de comunidades cercanas en donde han hecho una promoción de buenas prácticas de la salud.

“Como mujer y líder representativa de las mujeres en la comunidad, ser parte de este proceso me ha dado más fuerzas y he surgido, ahora soy una cabeza visible, siento que soy un ejemplo a seguir para otras mujeres y que reconocemos la importancia de organizarnos, porque las mujeres unidas somos capaces de salir adelante con nuestros hogares e hijos. Nosotras aportamos mucho y somos el centro en la comunidad”.

Promotora de Salud en la Comunidad La Conquista y Guadalupe.

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Fuente: Servicio Jesuita a Refugiados – Colombia. Equipo Norte Santander / Servicio Jesuita a Refugiados – Latinoamérica y el Caribe. http://es.jrs.net

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