¡Confío en que mi Dios me alzará!

Al término de nuestros días seremos tierra, sepulcro y polvo… Pero ahí, nos queda aquello que es lo fundamental, es decir, la confianza en que Dios, como padre bueno nos rescatará y nos alzará de la tierra.

Recientemente, en el funeral del padre de un buen amigo, leí en castellano el poema de Sir Walter Raleigh “Even such is time”, y las palabras de este aventurero inglés de los siglos XVI-XVII resonaron de nuevo con fuerza, mucho tiempo después de ser escritas:

Even such is time, that takes in trust
Our youth, our joys, our all we have,
And pays us but with age and dust;
Who in the dark and silent grave,
When we have wandered all our ways,
Shuts up the story of our days.
But from this earth, this grave, this dust,
My God shall raise me up, I trust!

Las traducciones traicionan muchas veces lo que el autor pretendía decir, pero ahí va la mía, sabiendo que seré perdonado de mi imprudencia por Sir Walter Raleigh (que de hecho fue encerrado en la Torre de Londres por un supuesto delito de traición):

Así también es el tiempo, a quien confiamos
Nuestra juventud, nuestras alegrías, nuestro todo,
Y nos paga haciéndonos ganar en años y en polvo;
Tiempo que, en una oscura y silenciosa tumba,
Habiendo recorrido todos los caminos,
Cierra la historia de nuestros días.
Pero de esta tierra y sepulcro y polvo,
¡Confío que mi Dios me alzará!

Si el meollo de la vida consiste solo en dar lo que nos pasa, entregar nuestros días y años jóvenes para recoger finalmente solo cansancio y años, y ser cubiertos por la losa de una tumba, uno se pregunta ¿la vida consiste solo en eso?, ¿tiene sentido vivir así?

Pero no, la vida es algo más, en la vida hay algo más. Puesto que una confianza interior nos asegura que Dios nos alzará de nuevo de esta tierra.

La vida es algo más, en la vida hay algo más.

¿Por mérito nuestro? ¡Nada más infundado!

Así pues, al término de nuestros días seremos tierra, sepulcro y polvo. E importará poco o nada por donde hayan ido nuestros pasos en esta vida, o los triunfos que hayamos tenido. Pero ahí, nos queda aquello que es lo fundamental, es decir, la confianza en que Dios, como padre bueno nos rescatará y nos alzará de la tierra.

¡Porque eso es resucitar! ¡Es que el Señor nos levante y nos ponga de nuevo en pie! ¡Esta vez para siempre!


Fuente: https://pastoralsj.org / Imagen: Pexels.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

logo

Suscríbete a Revista Mensaje y accede a todos nuestros contenidos

Shopping cart0
Aún no agregaste productos.
Seguir viendo
0