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Step 1
Es crucial comprender que, al analizar la derecha radical europea, siempre debemos considerar su pluralidad, complejidad y contexto nacional.
A medida que se acercan las elecciones europeas, diversos análisis anticipan un fortalecimiento de las voces de las derechas radicales nacional-soberanistas en Bruselas. Sin embargo, esta perspectiva encierra una complejidad que merece un análisis más profundo. Utilizo el concepto de derecha radical proveniente de la sociología política estadounidense para referirme a este tipo de derecha, la cual está integrada en el sistema democrático y busca establecer políticas que restringen las libertades e identifican enemigos que consideran una amenaza para la nación. Mi argumento en esta columna es que la aparente unidad del espectro soberanista puede ser engañosa, ya que no se presenta como un bloque homogéneo en términos de su visión del mundo y su orientación política.
Cabe señalar que, en el último tiempo, se ha observado una división palpable dentro de la derecha europea, que abraza en teoría una retórica anti-elitista y anti-institucional. Sostengo que esta fractura se ha visto fuertemente influenciada por eventos como la invasión rusa de Ucrania, que ha generado tensiones notables en la política exterior y la orientación geopolítica en sectores de la derecha radical.
La crisis de la guerra en Ucrania ha contribuido a una profunda reconfiguración ideológica dentro de la derecha europea, con repercusiones significativas en su postura hacia los asuntos internacionales y su percepción de las instituciones existentes. Estas tensiones han exacerbado las divisiones internas y han generado debates sustanciales sobre el futuro del proyecto europeo y las alianzas geopolíticas de la región.
En aquellos países donde la derecha radical ha ejercido o ejerce el poder gubernamental, se ha observado un fortalecimiento significativo de la cosmovisión “atlantista”. Esta corriente de pensamiento postula que la democracia únicamente puede concebirse en el contexto del sistema constitucional occidental, con un énfasis particular en el papel dominante de Estados Unidos. Este fenómeno se manifiesta claramente en ejemplos como Hermanos de Italia (Fratelli d’talia), liderada por Georgia Meloni, así como en la política de la derecha sueca y el Partido Polaco Ley y Justicia (Prawo i Sprawiedliwość – PiS).
En aquellos países donde la derecha radical ha ejercido o ejerce el poder gubernamental, se ha observado un fortalecimiento significativo de la cosmovisión “atlantista”.
Así entonces, estos casos ilustran cómo la retórica y las políticas adoptadas por la derecha radical en estos países reflejan una fuerte adhesión a los principios “atlantistas”, destacando la centralidad de los valores y estructuras occidentales en su concepción de la democracia y las relaciones internacionales. Estas fuerzas encuentran su principal organización en el Partido de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), caracterizado por su euroescepticismo moderado y su orientación atlantista. A menudo, sus posturas suenan más alineadas con las políticas estadounidenses que con las del eje europeo tradicional(1).
Por otro lado, existe otra corriente de la derecha radical que adopta una posición opuesta. En este sentido, observo que partidos como el Agrupación Nacional (Rassemblement National), liderado por Marine Le Pen, el Partido de la Libertad de Austria, Alternativa para Alemania (AfD) y la Liga Italiana son derechas que critican el papel de Estados Unidos en el escenario mundial y cuestionan la pertenencia a la OTAN.
Para estas derechas europeas, el conflicto ruso-ucraniano se interpreta más como una contienda entre Estados Unidos y otras potencias, como Rusia o Ucrania, en lugar de una disputa directa entre estos dos países. Esta perspectiva refleja similitudes con el enfoque de la izquierda radical europea, que tiende a atribuir la causa principal de los conflictos internacionales a las acciones de Estados Unidos y su política exterior. Además, es importante destacar que, aunque muchos de estos partidos abogan por la salida de sus respectivos países de la Unión Europea como parte de su plataforma política, esta postura no es universalmente aceptada dentro de esta corriente política. Un ejemplo notable que ejemplifica esta falta de consenso es el caso del Frente Nacional francés, cuya posición sobre la permanencia en la Unión Europea difiere de la postura generalmente adoptada por otros partidos de este espectro ideológico(2).
Estas fuerzas refuerzan principalmente la presencia de la derecha radical en el Parlamento Europeo, principalmente a través de la facción Identidad y Democracia (ID). Aunque se anticipa un avance conjunto de ambas facciones radicales de derecha, surge la pregunta sobre cómo evolucionarán las relaciones de poder entre ellas después de las elecciones al Parlamento Europeo en junio.
En virtud de lo anterior, según las estimaciones, en Italia, el partido de Meloni aventaja considerablemente al de Salvini: se prevé que la Liga pueda disminuir su rendimiento en comparación con 2019, mientras que Hermanos de Italia mejorará. En Francia, el partido de Marine Le Pen lidera. Se espera que Agrupación Nacional aumente su porcentaje de votos, y no hay una fuerza atlantista de derecha significativa, aunque el titubeante partido de Éric Zemmour (Reconquête!) es miembro de la ECR. En Alemania, AfD podría mejorar de manera similar, aunque probablemente no tanto como se esperaba a finales del año pasado, debido a las olas de protestas que han erosionado la popularidad del partido desde enero.
En conclusión, es crucial comprender que, al analizar la derecha radical europea, siempre debemos considerar su pluralidad, complejidad y contexto nacional. Esto nos permite entender que las elecciones europeas no pueden simplificarse únicamente como un fenómeno de avance soberanista. En este sentido, actualmente, las distintas facciones de la derecha radical europea están inmersas en un proceso complejo de negociación para incrementar su influencia en el continente.
(1) https://ecrgroup.eu/
(2) https://www.rtl.fr/actu/politique/presidentielle-2022-je-ne-veux-pas-sortir-de-l-union-europeenne-rappelle-le-pen-7900143692
Imagen: Pexels.
