El 23 de noviembre Daniel Noboa tomó posesión como nuevo jefe del Estado ecuatoriano. Antes, asistió a la Misa del Tedeum en la Catedral de Quito presidida por monseñor Alfredo Espinoza Mateus que lo invitó a “soñar en grande, no perder tiempo y cumplir con sus promesas”.
A las 11:00 de la mañana del jueves, 23 de noviembre, en el Palacio de Carondelet, adornado con flores blancas y amarillas, Daniel Noboa Azín tomó posesión como presidente Constitucional de Ecuador. “Soy un hombre libre, libre de prejuicios, y pragmático, que busca con empatía mejorar la vida de los ecuatorianos”. Con esas palabras se presentó en su primer discurso oficial en el que subrayó que los resultados electorales demostraron que quien ve la política como una realidad de extremos y revanchas no tendrá el respaldo popular.
Con ese acto llega a su epílogo el proceso de muerte cruzada puesto en marcha en mayo por Guillermo Lasso. Ese mecanismo constitucional sirvió al antiguo jefe de Estado para bloquear un juicio político en su contra donde se le acusaba de presunto peculado y convocar por adelantado las elecciones que ganó Noboa con el 53% de los votos, en contra de la correísta Luisa González. Por eso, el mandato del recién elegido durará hasta mayo 2025, fecha en la que debía haber culminado el de su predecesor.
Antes de la ceremonia de posesión, Daniel Noboa asistió a la Misa del Tedeum con motivo de la celebración de los 489 años de la fundación de la capital Quito. La Misa de acción de gracias se realizó en la Catedral Metropolitana y fue presidida por el arzobispo de Quito, monseñor Alfredo José Espinoza Mateus, en compañía del Nuncio Apostólico monseñor Andrés Carrascosa y de varios vicarios episcopales, obispos y sacerdotes.
En su sermón, el arzobispo destacó “el ADN de madera de guerrero, compromiso por el bien de todos” de Noboa y lo exhortó a orientar “esta barca que es el Ecuador”, cumpliendo con sus promesas. Hablando de su proyecto de país, lo felicitó por apostar por los jóvenes cuyos sueños le pidió que no defraude. Asimismo, invitó al nuevo Gobierno a no “perder tiempo” puesto que el Ecuador atraviesa “un momento difícil y crítico”.
Daniel Noboa es llamado a conducir un barco que se encuentra en medio de una tormenta, quizás la más crítica de su historia. Durante su discurso de investidura, el flamante mandatario, que con sus 35 años se ha convertido en el presidente más joven de la nación, ha reconocido que “el Ecuador ha pasado por tiempos muy difíciles, retos económicos, de seguridad y la muerte, la real y la política”.
Los datos recopilados por InSight Crime —centro de estudios sobre la seguridad nacional y ciudadana en Latinoamérica y el Caribe—, ubican Ecuador en el cuarto lugar en la clasificación de los países latinoamericanos con la mayor tasa de homicidios. Solo México, Colombia, Honduras y Venezuela están peor. En 2020 se encontraba en el decimoctavo lugar de esta misma lista. Pero, entre 2021 y 2022, la tasa de muertes violentas subió un 86.2%, pasando de 13.7 cada 100.000 habitantes a 25.9. Se trata del crecimiento más alto registrado en el continente.
Los ciudadanos ecuatorianos se enfrentan diariamente a secuestros, robos, extorsiones y homicidios callejeros que quedan en la impunidad y que afectan hasta políticos como el alcalde de Manta, Agustín Intriago, y el candidato presidencial Fernando Villavicencio, asesinados a pocas semanas de distancia en el verano. El estallido inédito de la violencia está relacionado con la cantidad exponencial de cocaína que circula en el país. De hecho, este año, el país sudamericano ubicado entre Colombia y Perú, los dos productores mundiales de cocaína junto con Bolivia, se ha convertido en su primer exportador mundial. La guerra que ve enfrentadas a las varias bandas criminales locales y sobre todo a las dos principales, los Lobos y los Choneros, llega hasta en las cárceles donde de facto mandan los criminales que, muy a menudo, toman como rehenes al mismo personal penitenciario.
Los ciudadanos ecuatorianos se enfrentan diariamente a secuestros, robos, extorsiones y homicidios callejeros que quedan en la impunidad.
Antes un escenario tan complejo, Daniel Noboa intercepta la necesidad de un cambio urgente en la gestión del país: “No podemos seguir repitiendo las mismas políticas del pasado esperando tener un resultado distinto”. Por eso, ha pedido a los miembros de su gabinete que establezcan claramente su plan de acción “con metas claras y medibles”.
Su principal compromiso es restablecer la paz en las calles luchando en contra de la miseria. “Hay algo que tengo muy claro: para combatir la violencia hay que atacar la desocupación. El país necesita empleo y para generarlo enviaremos reformas urgentes a la asamblea, que deben ser tratadas con responsabilidad y pensando primero en el país”.
Puesto que “la tarea es dura y el tiempo es poco”, antes del nombramiento oficial, Noboa realizó unos viajes al exterior en búsqueda de alianzas e inversiones extranjeras. Por eso, visitó Colombia y Estados Unidos. Y también España, segundo país en inversión extranjera directa y primer destino europeo de las exportaciones ecuatorianas, donde fue recibido por el Rey mientras que la presidenta autonómica madrileña Isabel Díaz Ayuso le otorgó la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid.
Fuente: www.vaticannews.va/es / Imagen: Pexels.