Música de Navidad: un bien preciado

Comentario del mes a lo más destacado de la música.

Es un lugar común la reflexión sobre una paradoja indefectible en cada mes de diciembre en el hemisferio sur: este es un tiempo en que nos debatimos entre el espíritu de la quietud navideña y los ajetreos del fin de año educacional, el calor que ya arrecia y la agitación comercial asociada a la festividad. Si a eso le sumamos, en Chile, la culminación de un intenso y decisivo proceso electoral, ya podrán prever el nivel de agotamiento con que llegaremos esta vez a la celebración del nacimiento de Jesús. Eso se llama: un Adviento cuesta arriba. Todo eso explica el tenor de los discos que ahora recomiendo. Con diversos matices, ellos recogen la más pura tradición musical navideña y, si bien incorporan trazos de modernidad, mantienen la estructura original de las melodías y conservan el espíritu contemplativo de la celebración de la Noche Santa.

DAVID BENOIT. REMEMBERING CHRISTMAS (1996)

A pesar de los casi treinta años transcurridos desde su lanzamiento, este disco mantiene su frescura y belleza. Ello es, precisamente, lo que le da su vigencia. Yo lo definiría como una joya del género, en medio de una multitud de producciones musicales navideñas. ¿Por qué lo es? Por su atinada selección de temas y, lo más importante, por el talento y el buen gusto naturales de este pianista californiano, nacido en 1953. Es de esos músicos que solo saben crear belleza; de esos que, aunque se esforzaran, no podrían conocer la desarmonía. También es claro que parte importante de la categoría artística de Benoit es su capacidad de rodearse de músicos de excepción. Aquí se acompaña de uno de los mejores contrabajistas de jazz del mundo, John Pattitucci, nada menos, y se da el gusto de tocar con Earl Klugh, gran guitarrista acústico, en el primer corte, «Skating». Buscando un pianista con quien pudiera hacer un dúo en «Hark! The Herald Angels Sing» (corte 6), ¡comparece Dave Brubeck! Y como si eso fuera poco, uno de los bateristas participantes en las grabaciones (aquí en el tema 4, «Christmas Time Is Here») es el legendario Harvey Mason, del grupo Fourplay. Otros músicos de categoría aportan también lo suyo en uno o varios temas. Con el talento y los conocimientos de Benoit y con esos colaboradores, era imposible que saliera un mal disco, evidentemente. En varios momentos hay una fuerte reminiscencia de Vince Guaraldi, el gran revolucionario de la música de Navidad en clave jazzística, con su disco, ya comentado anteriormente en esta página, A Charlie Brown Christmas, de 1965. Hay aquí, pues, tradición, pero sobre todo un sentido muy profundo de lo que los seres humanos necesitamos en estos tiempos navideños, que son, a la vez, momentos de cambio, de cierre de ciclos, y también de cierta incertidumbre, porque nos hacen presente que cada nacimiento (o cada nuevo nacimiento) nos confronta con el misterio indisponible de la vida.

OLIVIA NEWTON-JOHN. ANGELS IN THE SNOW (REIMAGINED) (2024)

Un ángel canta a otros ángeles. ¿Qué más podríamos pedir en estos días aciagos? Inicialmente pensé que sería redundante recomendar ¡una vez más! un disco de la gran diva. Pero esos ojos azules tan intensos y esa sonrisa acogedora de una joven Olivia en un paraje invernal me hicieron reconsiderar todo a su favor, como tantas veces en mi vida. Ella ha sido y sigue siendo, en cierto modo, una debilidad de este fan confeso. Angels In The Snow, disco póstumo, es un ejercicio de «reimaginación» sobre una lista selecta de canciones navideñas grabadas por la cantante a través de su fecunda trayectoria artística. Reimaginación del sonido y de algunos de los arreglos musicales originales, con el propósito (así lo entiendo) de ponernos en contacto con una Olivia Newton-John que invita a la alegría y al espíritu jovial y esperanzado de la Navidad. Es claro que este es el propósito de este disco, sin caer por ello en la liviandad, pero es también claro el contraste entre su sonoridad, y la atmósfera contemplativa que predominó en la mayoría de las producciones navideñas de la cantante. El trabajo se lo debemos al productor estadounidense Sam Hollander, conocido por su trabajo con varios otros intérpretes exitosos de la música popular internacional. Personalmente, valoro el aporte de Hollander, aunque le reprocho el haber incluido en la lista de canciones una versión de «White Christmas» a dúo con John Travolta. ¿Era necesario? Quedémonos, empero, con lo bueno y tengamos ante todo en cuenta que, en medio de las agitaciones del fin de año, podremos terminar el día (o comenzarlo) con el aliento navideño de la dulce Olivia, un ángel para nosotros, con o sin nieve.

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