ALICIA KEYS: SANTA BABY (2022)
Qué les puedo decir. Hasta hace no hace mucho, conocía poco o nada a Alicia Keys. Sabía que cantaba bien y que es una buena pianista. También que es bonita, aunque las inquisiciones de hoy en día consideren el comentario políticamente incorrecto. Un día cualquiera, el azar de YouTube me llevó a una presentación de esta artista en el formato Tiny Desk Concerts. Para los que no lo conozcan, este es un formato muy interesante y divertido, que ha dado a diversos músicos la oportunidad de hacer una mini presentación, de preferencia de tipo acústico, en el reducido espacio de una oficina, frente a un puñado de personas, que hacen las veces de público. El resultado es, en todos los casos, una situación de comunicación íntima entre el artista y los asistentes, pero además un conjunto de buenas versiones simplificadas de canciones representativas del repertorio del músico invitado. Recomiendo vivamente el concierto de Alicia Keys, así como este disco navideño, verdaderamente creativo y lleno de estilo. Es una producción, además, de muy buena factura y que logra adentrar al oyente en la tradición musical de esta talentosa artista, con predominio del R&B y del soul. Al retomar grandes temas standard, como sabemos que es inevitable en el género navideño, el disco contiene también fuertes reminiscencias de la música estadounidense de los años cincuenta y sesenta. Al mismo tiempo, como he dicho, una cuota importante de creatividad y, por tanto, de novedad. Destaco en esta línea, ante todo, a «Favorite Things», el tercer corte, que recrea completamente, en un estilo cercano al sonido de Robert Glasper, una melodía ya tradicional, célebre en la versión de Julie Andrews en La novicia rebelde. Otras versiones son más clásicas, aunque la artista logra imprimirle una belleza especial; tal es el caso de «Christmas Time is Here» o «The Christmas Song». En suma: un disco muy hermoso, muy agradable para todo oyente y, a la vez, sugerente y novedoso.
BACKSTREET BOYS: A VERY BACKSTREET CHRISTMAS (2022)
Mi idea original era combinar la presentación de la novedad de Alicia Keys con alguna producción clásica en este género. Había preseleccionado un disco que compendia varias producciones navideñas del gran Bing Crosby (1903-1977). Pero apareció este registro reciente del grupo Backstreet Boys y la insistencia de mi hija Magdalena ha sido tal, que no he podido más que cambiar de planes. Debo hacer notar que, en realidad, en los tiempos de gloria de este grupo (hoy en día compuesto por tipos ya mayores, excedidos de peso y tendiendo a la calvicie), la Magda era tan pequeña, que no puede tener siquiera recuerdos claros de ello. Fueron sus primas mayores, que transitan hoy la treintena, las que fueron llevadas a Viña del Mar por sus sacrificadas madres, en ese fatídico febrero de 1998. Pero, no sé cómo, Backstreet Boys, como una especie de institución, goza de un segundo (¿tercero? ¿cuarto?) aire y, con ello, de público cautivo, incluso en generaciones menores.
Debo admitir, sin embargo, que el disco no está mal, aunque tampoco creo que vaya a cambiar el rumbo de la música navideña en adelante. Estos tipos tienen su estilo, hay que reconocerlo. Los arreglos están siempre algo recargados de artificios y filigranas vocales, pero no podría negar que cantan bien. Dentro de la consabida limitación del repertorio navideño, la elección hecha por estos ex lolos no está mal, porque han sabido combinar temas tradicionales con standards y con temas de celebridad algo más pop, como «Last Christmas», popularizado por el dúo Wham! (con George Michael incluido) en 1984. Además, el disco refleja un esfuerzo por combinar temas muy melancólicos, con otros más rítmicos, logrando así un efecto positivo en el oyente. Para que nadie diga que no valoro suficientemente el disco, quisiera destacar la buena versión de «Same Old Lang Syne», de Dan Fogelberg, que, con todo, no supera a la original.
