Nuevas voces femeninas en el jazz

Comentario del mes a lo más destacado de la música nacional e internacional.

Se suele identificar el jazz con la música instrumental. De hecho, sus grandes exponentes han sido, principalmente, pianistas (Bill Evans, Thelonious Monk, Chick Corea, Michel Petrucciani…), saxofonistas (Charlie Parker, John Coltrane, Wayne Shorter…), trompetistas (Miles Davis, Dizzy Guillespie, Arturo Sandoval…), guitarristas (Django Reinhardt, Jim Hall, Al Di Meola, Pat Metheny…), y luego otros que han sido capaces de poner en el primer plano a instrumentos menos brillantes, como Lionel Hampton o Gary Burton en el vibráfono, o como Stanley Clarke o John Patitucci en el contrabajo. En cada caso he mencionado solo a clásicos o consagrados, pero hoy en día brillan muchísimos nombres nuevos, que han logrado irrumpir en un medio sumamente competitivo y de altísimo nivel. En el canto también hay una gran tradición jazzística, sobre todo de figuras femeninas: Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Nina Simone…, y últimamente Esperanza Spalding, Norah Jones o Gretchen Parlato. Esta vez agrego a la lista a dos jóvenes que merecen de sobra nuestra atención.

Alina Engibaryan › We Are (2018). Esta niña me hace sentir viejo. Yo ya estaba por terminar mi tesis doctoral, en 1993, cuando ella nacía en Rusia. Dicen que empezó a cantar a los cinco años. No me extraña. Los verdaderos talentos suelen ser precoces. Estudió más tarde en la primera escuela rusa especializada en jazz y luego siguió con una carrera desarrollada como cantante de diversas Big-Bands internacionales, a la vez que participó exitosísimamente en varias competiciones europeas de cantantes de jazz. Actualmente estudia y trabaja en Holanda. Su anterior trabajo, Driving Down the Road, aparecido recién en 2017, ha sido ampliamente aclamado. Me adhiero a los elogios, pero este segundo álbum es, a mi juicio, todavía mejor. En primer lugar, me impresiona la calidad de la música que está en él contenida. Si alguien todavía no ha entendido lo que es la globalización, tendría que escucharlo. Las composiciones, los arreglos, la producción en su conjunto, son de primer nivel. Este disco pudo ser hecho en Nueva York y no habría sido mejor. Es música del mundo y para el mundo. Pero sobre todo brilla ella, Alina. No solo es su timbre pastoso y suave; es su modo de cantar, su fraseo, sus inflexiones que empero nunca pasan el límite del buen gusto. Alina es, también, una cantante del mundo y para el mundo. Da lo mismo si nació en Rusia, Sudáfrica, Alemania o Chile. Si ponemos atención a las letras, el título del disco, We are, refleja su propósito de fondo: reflexionar y cantar sobre la vida, entendida como una red de relaciones. Somos lo que podemos ser con otros.

Tokunbo › The Swan (2018). Tokunbo Akinro es también, a su modo, una gran síntesis en sí misma. Hija de padre alemán y madre nigeriana, se crio hasta los diez años en la patria materna y luego continuó su vida en la de su padre. En Freiburg, Alemania, formó, junto a su compañero Morten Klein y otros músicos, el grupo Tok Tok Tok, que suele ser asociado al soul, con influencias de jazz. No he tenido aún ocasión de escuchar a este grupo, pero me interesa muchísimo, pues he sabido que fue muy exitoso, no solo en Alemania sino en toda Europa occidental, y que llegó a grabar nada menos que trece discos. Con todo, Tokunbo decidió hacer su propio camino y publicó su primer disco en solitario, Queendom Come, en 2014, que en este momento escucho con total agrado. En un castellano imperfecto pero claro, esta nigeriana/alemana anuncia en un video la aparición de The Swan, y aprovecha la ocasión para pedir a su público ayuda para financiar la obra. El disco mismo es como una continuación de esta actitud algo candorosa. Lo suyo, en efecto, como cantante, es la dulzura que empapa cada frase musical y cada palabra, que más bien musita. Su canto no es un grito, es una conversación; más bien un monólogo, pero sin la agresividad del hip hop. Al igual que con la Engibaryan, de Tokunbo prefiero este, su segundo disco, y lo recomiendo vivamente a los lectores de Mensaje para un suave comienzo de un nuevo año de trabajo. MSJ

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