La alegría en Semana Santa

Si la identidad es una tarea; la pobreza, una prioridad indeclinable, y el cuidado una política, entonces el desafío es nítido: tejer acuerdos que protejan a los más frágiles, que dignifiquen el trabajo, que resguarden la democracia y que hagan de este largo rincón del mundo una casa donde muchos puedan decir, sin miedo y sin permiso, «nosotros». [También disponible en audio]


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