El derecho a ser persona

Sr. Director:

Nuevamente hemos recordado este 25 de noviembre el compromiso de la Iglesia con la dignidad del ser humano. Se trata de un acto que nació cuando en noviembre de 1978 la Iglesia de Santiago organizó un simposio sobre derechos humanos, al que acudieron obispos extranjeros, representantes de Naciones Unidas y representantes de diversas confesiones religiosas. «Todo hombre tiene derecho a ser persona», fue la frase que resumió aquel encuentro, en el que el cardenal Raúl Silva Henríquez instó a reunirse en esa fecha todos los años para reafirmar tal propósito.

Ese llamado del Cardenal tiene absoluta vigencia, pues muchos hombres y mujeres aún no han terminado de emerger y liberarse de esclavitudes que les impiden vivir de acuerdo a su dignidad. Algunas de estas esclavitudes pueden ser internas, autobuscadas o autoimpuestas, propias del pecado personal, diríamos desde la fe. Sin embargo, las más de ellas son producto de una manera de concebir la vida donde algunos se sienten con derecho a pasar por encima de los demás. Cuando aprendamos a vernos como iguales, estaremos dando un paso para algo verdadero.

Mientras eso no suceda, seguiremos consolidando una inhumana desigualdad. Muchos nos dolemos de la situación que vive nuestro país, agudizada por la pandemia. A algunos les dolió la tranquilidad perdida, a otros el haber quedado sin trabajo, porque el esfuerzo de años les fue destruido. Sin embargo, queda la pregunta de si acaso a alguien le dolió y duele todo el tiempo dejamos que muchas cosas sucedieran.

Recuerdo acá cómo el papa Francisco expresa en Fratelli Tutti que «en el mundo de hoy persisten numerosas formas de injusticia, nutridas por visiones antropológicas reductivas y por un modelo económico basado en las ganancias, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre. Mientras una parte de la humanidad vive en opulencia, otra parte ve su propia dignidad desconocida, despreciada o pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados. ¿Qué dice esto acerca de la igualdad de derechos fundada en la misma dignidad humana?» (FT 22).

Con ese acto, más allá de nuestros pecados, que son muchos, nos volvemos a comprometer a seguir promoviendo el derecho de todo hombre y mujer a ser persona, y que se les respete de acuerdo a esa dignidad que atesoramos como esencia de nuestro ser.

P. Jorge Muñoz Arévalo S.J.
Vicario Pastoral Social Caritas (y de los Trabajadores).
Rector del Santuario P. Hurtado

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