El Evangelio que anunciamos las mujeres. «Den al César lo que es del César…»

Debemos siempre luchar por construir una sociedad justa y fraterna, dar lo mejor de cada uno, pero con humildad no creyéndonos superiores.

Domingo 22 de octubre, 2023
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 22, 15-21.

En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús, con preguntas insidiosas, en algo de que pudieran acusarlo. 

Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con algunos del partido de Herodes, para que le dijeran: “Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios, y que nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie. Dinos, pues, qué piensas: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?”.

Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones, les contestó: “Hipócritas, ¿por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la moneda del tributo”. Ellos le presentaron una moneda. Jesús les preguntó: “¿De quién es esta imagen y esta inscripción?”. Le respondieron: “Del César”. Y Jesús concluyó: “Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”.

La moneda que tan maliciosamente le presentan a Jesús, le permite darnos una lección de vida.

Cómo hombres y mujeres de la sociedad debemos cumplir nuestros deberes ciudadanos como: nuestras obligaciones laborales, no sacar la vuelta, llegar e irse a la hora, hacer nuestro trabajo lo mejor que nuestras habilidades lo permitan, pero también exigir un salario justo por ello, un buen trato laboral y de prestaciones, ir a votar cuando corresponda, saber las leyes de mi país y procurar que ellas sean reflejo de una sociedad justa y fraterna para el bienestar de todos por igual.

Pero también, como hijos de Dios, nos recuerda nuestro compromiso de corazón, del alma. Dios nos dio la existencia y en el bautismo la misión de dar a conocer sus enseñanzas, a vivir de acuerdo con ellas y ser una luz en la sociedad, de acuerdo con nuestros dones y habilidades, debemos siempre luchar por construir una sociedad justa y fraterna, dar lo mejor de cada uno, pero con humildad no creyéndonos superiores.

Dios nos dio la existencia y en el bautismo la misión de dar a conocer sus enseñanzas, a vivir de acuerdo con ellas y ser una luz en la sociedad.

Debemos cumplir como buen cristiano con nuestra familia, estar pendientes de las buenas enseñanzas que debemos dar, del cariño que damos, del buen convivir, lo mismo con nuestros amigos.

Dar a conocer la palabra a quienes no la conozcan o leyéndola y explicándola a quienes no la entiendan, procurar ser testimonio de esa Palabra, a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

Debemos misionar siempre, en nuestro trabajo, nuestro barrio, grupos de amigos, juntas de vecinos, demostrar con nuestras acciones y mensajes que somos mensajeros de Dios.


Fuente: Mujeres Iglesia Chile / Imagen: Pexels.

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