El Evangelio que anunciamos las mujeres. “El Amor nos hace ser seguidoras de Jesús”

El seguir a Jesús no significa cumplir con normas, sino más bien, vivir la vida en servicio hacia los demás, un servicio que a veces duele, pero vamos alcanzando la libertad.

Domingo 12 de octubre
El Amor nos hace ser seguidoras de Jesús” (Marcos 10, 17-30).

El Evangelio nos muestra la escena del encuentro del Joven Rico con Jesús. Este joven se presenta ante Jesús con una pregunta: “Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la Vida Eterna? Y, uno por uno, va detallando su fidelidad en el cumplimiento de los mandamientos. Pero Jesús le pide ir más allá, dejar todos sus bienes. Y él, que era muy rico, da media vuelta y se retira.

Teresa de Jesús, cuya fiesta celebramos el 15 de octubre, en las terceras moradas de su camino espiritual nos habla de este pasaje del Evangelio… todo lo hemos hecho… hemos cumplido… pero cuando se nos prueba en el amor a los demás, no estamos tan seguras de seguir a Jesús.

El seguir a Jesús no significa cumplir con normas, sino más bien, vivir la vida en servicio hacia los demás, un servicio que a veces duele, pero vamos alcanzando la libertad. Un amor que no ha de ser fabricado en nuestra imaginación, sino probado por obras, significa dejar nuestra vida en sus manos, fiarnos de Él.

Jesús nos enfrenta con nuestra propia realidad y nos pide liberarnos de nuestros egoísmos y espejismos en la vida espiritual, donde muchas veces nos fijamos un programa de vida con esquemas que nos hace prisioneras de la imagen, del cumplimiento. Jesús nos pide ser de verdad, lo que una es en lo hondo de sí misma y, desde ahí, ponerse en un proceso de nueva vida y de nuevas relaciones con Dios y las demás personas. Como nos dice la Primera Lectura, estamos invitadas a ser mujeres sabias. La sabiduría nos hace actuar desde el amor, a desarrollar la capacidad de amar, a conocer la verdad de lo que somos, es saber que necesitamos de los demás. Ser sabia es saber vivir incluso las enfermedades, los sufrimientos, sin perder la esperanza.

Una vez que el joven da media vuelta y se retira, Jesús sentencia: “Es difícil para un rico entrar en el Reino de los cielos”, y ¿por qué? Porque no le es fácil deshacerse de su seguridad personal, de su justicia, de su concepción de Dios y de las personas, de su mundo de poder y seguridad. Lo vemos a diario en nuestra propia Iglesia. Ser sabia es apreciar los valores que llamamos eternos, los que verdaderamente permiten heredar la Vida Eterna: el amor, la verdad, la generosidad con los demás, la intimidad con Dios, de ponerse al servicio de la Vida, de la comunidad, de contar con los pobres.

Siguiendo a Jesús aprenderemos de otra manera a ver la vida, las riquezas y la misma religión.

“Solo Dios basta”, dice Santa Teresa de Jesús.

* Queridas hermanas, queridos hermanos, les enviamos una nueva homilía del Evangelio que anunciamos las mujeres. Nos alegramos y agradecemos los ojos y la voz nueva de mujeres que se atreven a decir y orar el Evangelio para nuestras comunidades. Estas van enriqueciendo nuestra capacidad de comprender y ampliar el mensaje de la Palabra, el mensaje de Jesús. Les invitamos a escuchar, meditar y compartir esta homilía, que nos invita a salir del silencio y hacernos profecía viviente con toda la fecundidad que hay dentro de nosotras. Pueden encontrar todos los comentarios anteriores en Facebook, Mujeres Iglesia Chile, y en la página de Revista Mensaje: https://www.mensaje.cl/category/noticias/iglesia/

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Fuente: https://www.facebook.com/MujeresIglesiaChile/

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