El Evangelio que anunciamos las mujeres. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su único hijo

La invitación en este tiempo de Cuaresma, es frente a todas las alternativas que tenemos a diario, tomar la mejor decisión, aceptando el regalo gratuito de la salvación, dejándonos transformar por el amado; en síntesis, decir sí a la tarea encomendada: amar y ser amados/as.

Domingo 11 de marzo
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su único hijo (Jn 3, 14-21).

Hay palabras que nos presentan dudas al escribirlas, una de ellas es “decisión”. Por eso, cuando mis estudiantes tienen esa dificultad, les digo: “Recuerda que cuando tomas una decisión en la vida, por pequeña que sea, le estás diciendo sí a algo”. Creo que esto tiene mucha relación con los evangelios que se nos presentan en este tiempo de Cuaresma y nos preparan a vivir la Semana Santa. Cada uno de ellos nos acerca a una decisión de amor.

El Evangelio de este domingo, es una parte del encuentro que Jesús mantiene con Nicodemo, una autoridad entre los judíos, que se interesó por la figura de este hombre que reconoce como un enviado de Dios por realizar signos extraordinarios. En este diálogo que sostienen durante la noche, Jesús se da cuenta que Nicodemo (al igual que sus discípulos y que nosotros/as mismos/as) no comprende en profundidad el mensaje que le quiere transmitir.

Por eso, Jesús le recuerda la imagen de Moisés levantando la serpiente en el desierto, porque así también será elevado el Hijo del Hombre, al ser clavado en la cruz. Y lo que aparentemente es una humillación se transforma en fuente de vida, en la gran decisión de amor que cambia al mundo.

Una decisión de amor de Dios Padre, que toma la iniciativa de enviar a su hijo único al mundo para que tengamos vida eterna. Con esto rompe la antigua creencia del dios castigador, justiciero, vigilante. Una decisión de amor de Dios Hijo, que acepta la voluntad del Padre, para que todos/as nos salvemos por medio de Él.

Aceptar este amor, es abrirse a la luz, así la salvación se puede hacer vida en nosotros/as. Renunciar a este amor, es afirmar que no nos interesa o que no necesitamos la salvación que Dios nos regala. Con esto último demostramos que Dios no nos juzga ni nos rechaza, sino que somos nosotros/as mismos/as quienes nos apartamos de la vida en plenitud.

La invitación en este tiempo de Cuaresma, es frente a todas las alternativas que tenemos a diario, tomar la mejor decisión, aceptando el regalo gratuito de la salvación, dejándonos transformar por el amado; en síntesis, decir sí a la tarea encomendada: amar y ser amados/as.

*¡Queridas amigas y compañeras de ruta, queridos amigos! Desde el primer domingo de Cuaresma, y hasta el último domingo del año litúrgico 2018, estaremos compartiendo con ustedes una reflexión sobre el Evangelio dominical. Con ello queremos visibilizar y compartir un comentario dicho por mujeres sobre la Palabra. Pueden encontrar todos los comentarios anteriores en Facebook, Mujeres Iglesia Chile y en la página de la Revista Mensaje, https://www.mensaje.cl/category/noticias/iglesia/

**Fotografía: Macarena Jorquera Arzola.

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Fuente: https://www.facebook.com/MujeresIglesiaChile/

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