El Evangelio que anunciamos las mujeres. Ustedes son la sal del mundo

¿Me reconozco depositaria de este “ser sal”? ¿Dónde la encuentro? ¿Cómo la busco? ¿Cómo expreso este “ser sal”?

Domingo 5 de febrero
Evangelio (Mt 5, 13-16).

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿Con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente.

Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa.

Que de igual manera brille la luz de ustedes ante todas las personas, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos.

En el Evangelio de Mateo de este domingo 5 de febrero, la perícopa —fragmento del Evangelio— Mt 5, 13-16, me resuena haciendo experiencia de este “katejein” —relato, enseñanza— que comparto, estas tres expresiones:

A. “Ustedes son la sal de la tierra”: en la antigüedad la sal era muy valiosa porque permitía preservar los alimentos por tiempos prolongados. Me pregunto ¿cuál es hoy esta sal? Ya no responde a la necesidad solo de salar los alimentos. Al escudriñar la palabra sal, vemos que también fue usada como elemento de la Alianza (Lev 2,13).

Al escudriñar la palabra sal, vemos que también fue usada como elemento de la Alianza.

Somos llamadas a buscar en la realidad la respuesta. ¿Me reconozco depositaria de este “ser sal”? ¿Dónde la encuentro? ¿Cómo la busco? ¿Cómo expreso este “ser sal”?

Me quedo con la certeza de que la Ruah inspira en cada una la respuesta a esta inquieta búsqueda, en nuestras vidas.

B. “Ustedes son la luz del mundo” es una propuesta que no admite inercia en nuestra escucha, ser “Mujeres en el Alba”, desde este “estar despiertas” en nuestro tiempo, en los espacios que habitamos; personales, sociales, políticos, eclesiales, etc., donde la “luz” pareciera que muchas/os quieren que se oculte. El camino sinodal, es sostener esta luz en lo alto.

C. Y finalmente somos “enviadas”… “de igual manera brille la luz de ustedes ante todas las personas”, esto implica necesariamente, no evadir los protagonismos a los que hemos sido llamadas/os en este domingo, implica poner en alto esa luz que nos ha sida entregada el día de nuestro bautismo.


Fuente: Mujeres Iglesia Chile / Imagen: Pexels.

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