El Papa reclama “un desarrollo armónico e integrado de la investigación científica y tecnológica”

Un “desarrollo armónico e integrado de la investigación científica y tecnológica”, pero también la prevención de “las consecuencias negativas que pueden provocar un uso distorsionado de los conocimientos”. Eso es lo que ha pedido el Papa Francisco a los miembros del Comité italiano para la Bioseguridad, las Biotecnologías y las Ciencias de la Vida, a los que ha recibido en audiencia.

Tras saludar a los miembros del Comité, el Papa les manifestó su aprecio por el trabajo que vienen realizando a 25 años de su institución en la Presidencia del Consejo de Ministros de Italia.

Después de agradecer las palabras de su Presidente, el Profesor Andrea Lenzi, el Obispo de Roma afirmó que los temas y las cuestiones que afrontan “son de gran importancia para el hombre contemporáneo”, como individuo y en su dimensión social, a partir de la familia, pasando por las comunidades locales y nacionales y hasta llegar a la internacional y a la atención de la creación.

Apoyándose en el libro del Génesis, el Santo Padre afirmó que la cultura de la que son autorizados representantes en el ámbito de las ciencias de las tecnologías de la vida, lleva en sí la idea del “cultivo”, que expresa bien esa tensión existente entre hacer crecer, florecer y fructificar, a través del ingenio humano, lo que Dios ha puesto en el mundo.

Sin embargo, el Papa Bergoglio recordó que no podemos olvidar que el texto bíblico también nos invita a “custodiar” el jardín del mundo. Por esta razón, inspirándose en su encíclica Laudato Si’, sobre el cuidado de la creación, les dijo:

“Su tarea no es solo promover el desarrollo armónico e integrado de la investigación científica y tecnológica, relacionada con los procesos biológicos de la vida vegetal, animal y humana. A ustedes también se les pide prever y prevenir las consecuencias negativas que pueden provocar un uso distorsionado de los conocimientos y de las capacidades de manipulación de la vida”.

Francisco destacó asimismo que el científico, al igual que el tecnólogo, está llamado a “saber” y “saber hacer” cada vez con mayor precisión y creatividad en el ámbito de su competencia y, al mismo tiempo, a tomar decisiones responsables acerca de los pasos que hay que dar o ante los cuales detenerse y embocar un camino diverso. Porque el principio de responsabilidad es un fundamento imprescindible del obrar del hombre, que debe responder de sus propios actos y omisiones frente a sí mismo, a los demás y a Dios. A lo que añadió textualmente:

“Las tecnologías, incluso más que las ciencias, ponen en las manos del hombre un poder enorme y creciente. El riesgo grave es el que los ciudadanos, y a veces también los que los representan y los gobiernan, no adviertan plenamente la seriedad de los desafíos que se presentan, la complejidad de los problemas que hay que resolver, y el peligro de hacer un mal uso del poder que las ciencias y las tecnologías de la vida ponen en nuestras manos”.

Aludiendo al entramado entre poder tecnológico y poder económico, el Obispo de Roma afirmó que se hace cada vez más estrecho, con la consecuencia de que los intereses pueden condicionar los estilos de vida y las orientaciones sociales para que se beneficien algunos grupos industriales y comerciales, en detrimento de las poblaciones y de las naciones más pobres. Y agregó:

“No es fácil llegar a una composición armónica de las diversas instancias científicas, productivas, éticas, sociales, económicas y políticas, promoviendo un desarrollo sostenible que respete la ‘casa común’”.

Sí, porque como dijo el Papa, semejante composición armoniosa requiere humildad, coraje y apertura a la confrontación entre las diversas posiciones, con la certeza de que el testimonio de los hombres de ciencia a la verdad y al bien común contribuye a la madurez de la conciencia civil.

El Santo Padre concluyó su reflexión recordando que “las ciencias y las tecnologías están hechas para el hombre y para el mundo, y no el hombre y el mundo para las ciencias y las tecnologías”. De ahí su invitación a que estén al servicio de una vida digna y sana para todos, en el presente y en el futuro, y que hagan que nuestra casa común sea más habitable y solidaria, más atendida y custodiada.

“En fin, animo el empeño de su Comité para poner en marcha y sostener procesos de consenso entre los científicos, los tecnólogos, los empresarios y los representantes de las instituciones, y para individuar estrategias de sensibilización de la opinión pública sobre las cuestiones planteadas por el desarrollo de las ciencias de la vida y las biotecnologías”.

El Pontífice se despidió de los miembros del Comité Nacional italiano para la Bioseguridad, las Biotecnologías y las Ciencias de la Vida, pidiendo al Señor que los bendiga, junto a sus familias y asegurándoles un recuerdo en la oración confiando, al mismo tiempo, en que también ellos lo harán por él.

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Fuente: www.periodistadigital.com/religion

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