En la audiencia celebrada el lunes en el Aula Pablo VI con unos tres mil trabajadores de los medios de comunicación, el Papa León XIV recordó a los colegas víctimas de la represión contra la libertad de información. Informe Sin Fronteras habla de 550 profesionales encarcelados, un 7% más desde el 2023. Y 124 fueron los cronistas asesinados el año pasado.
«Así que permítanme reiterar hoy la solidaridad de la Iglesia con los periodistas encarcelados por intentar decir la verdad, y con estas palabras pedir también la liberación de estos periodistas encarcelados».
Ante los casi tres mil trabajadores de los medios de comunicación, a quienes recibió en el Aula Pablo VI el lunes 12 de mayo, el Papa León XIV quiso recordar al mundo una verdad elemental pero dramáticamente negada: la libertad de prensa es la primera víctima de toda guerra, la primera conquista que todo poder autoritario intenta sofocar. Porque detrás de ella está la libertad de hablar, de pensar. Y en esa asfixia está la herida no solo de una categoría profesional, sino de la dignidad humana, de la justicia, de la posibilidad de elegir.
Las cifras hablan de un problema que está lejos de ser aislado o estar en declive. El Committee to protect journalists (CPJ) informa que ciento veinticuatro periodistas fueron asesinados durante el 2024, la cifra más alta de los últimos treinta años, incluso desde el récord histórico del 2007 (ciento trece), noventa y cinco han desaparecido en circunstancias todavía oscuras y, hasta el 1° de diciembre del 2024, trescientos sesenta y uno están encarcelados, la segunda cifra más alta de la historia. Informe Sin Fronteras (RSF) habla de quinientos cincuenta periodistas encarcelados, un aumento del 7% con respecto al 2023.
Además de subrayar el hecho de que al menos 24 periodistas fueron asesinados deliberadamente a causa de su trabajo, el CPJ añade que más de un tercio —cuarenta y tres— de todos los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación asesinados el año pasado eran freelance:
«Otro nuevo y triste récord para los trabajadores de prensa autónomos, que a menudo se enfrentan a los mayores peligros porque tienen pocos recursos», y «un aumento constante desde el 2020», comenta el comité con sede en Nueva York.
En el 2024, la Unesco registró el mayor número de asesinatos en zonas de guerra de la última década: el 60% de las víctimas eran trabajadores de los medios de comunicación dedicados a informar la verdad desde el frente. Números que no son frías estadísticas, sino carne viva: detrás de cada cifra hay un rostro, una historia, una vida rota o suspendida.
En el 2024, la Unesco registró el mayor número de asesinatos en zonas de guerra de la última década.
Las zonas geográficas más peligrosas en el 2024 fueron Oriente Medio, Norte de África, Asia, América Latina y África Subsahariana. En estos contextos, el periodismo es una misión. Es una vocación estar allí donde no llega la voz de los débiles, donde se oculta el sufrimiento.
No necesitamos una comunicación «muscular», dijo el Papa, sino una comunicación que escuche, que acoja, que cuente. Que ilumine las periferias de la historia. No es casualidad que el Papa León XIV llamara el lunes «testigos» a los periodistas.
Y a ellos reconoció el «valor de quienes defienden la dignidad, la justicia y el derecho de los pueblos a estar informados, porque solo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres. El sufrimiento de estos periodistas encarcelados interpela la conciencia de las naciones y de la comunidad internacional, llamándonos a todos a salvaguardar el bien precioso de la libertad de expresión y de prensa».
Las palabras del Pontífice invitan a recordar cómo en el mundo hay todavía muchos, demasiados periodistas que trabajan amenazados, viven en la cárcel, desaparecen en silencio. A ellos el Papa les pide que no cedan al miedo. Y a todos el Papa les pide que no se acostumbren a su sufrimiento. Porque —como dijo León XIV— «desarmar las palabras es el primer paso para desarmar la tierra». Y quien dice la verdad es un desarmador de profesión.
Fuente: www.vaticannews.va/es / Imagen: Pexels.