El peligro de elegir no pensar

Se va a legislar en España sobre la eutanasia, y es un tema sobre el que —en muchos ámbitos— no ha habido una reflexión a fondo.

He escrito este tuit: «La pregunta ‘¿qué opino sobre la eutanasia?’ (y la correspondiente respuesta), debería ir precedida por otra mucho más necesaria: ‘¿Qué sé sobre la eutanasia?’. Y la correspondiente (y seria) formación, búsqueda, lectura y reflexión».

Al instante han empezado los reproches. «¿Acaso hay algo que pensar?». «¿No tienes claro lo que dice la Iglesia?». Citas del magisterio. Descalificaciones varias. Y supongo que seguirán. Es la eterna retahíla de los que entienden que uno solo habla sobre sí, y para sí o los suyos. Creo que mi tuit inicial aplica a todo el mundo. No es un tuit sobre mi opinión, ni sobre la doctrina católica sobre este punto, sino una defensa de la inteligencia humana, que necesitamos cultivar y aplicar (creyentes y no creyentes) —en esta como en tantas otras cuestiones—. Desgraciadamente, se va a legislar en España sobre la eutanasia —da la sensación de que a velocidad de vértigo— y es un tema sobre el que —en muchos ámbitos— no ha habido una reflexión a fondo. Hay mucha gente que no distingue muerte digna, cuidados paliativos, eutanasia. En las redes solo vi odio, y no argumentos. Y en alguna tertulia, lo mismo. Visceralidad y la simplificación de los ejemplos extremos, que siempre se pueden encontrar para todo.

Creo sencillamente que Twitter no es el foro para despachar, en 280 caracteres, lo que está en juego. Hay muchas personas implicadas, desde distintos sectores. Personas que ojalá fueran capaces de dialogar y escucharse ante una cuestión de tanto calado para la sociedad. La ciencia, la fe, la ética, los enfermos, las familias, los médicos, los políticos… También habría que ver la experiencia de otros países. ¿Qué se puede aprender de lo ocurrido ahí? ¿Qué luces o qué sombras aporta (si acaso alguna)? ¿Qué preocupaciones genera?

Mi pregunta es, ¿ha habido esos foros? Los políticos que se suben a las tribunas enarbolando argumentos gruesos, ¿serían capaces de buscar, al margen de ideologías, esa reflexión profunda y apoyarse en ella más allá de consignas partidistas?

En una sociedad plural tenemos que encontrar caminos para escucharnos y comprender, y tratar de dialogar para conseguir lo mejor —especialmente para los más vulnerables—. Y eso no es relativismo, ni equidistancia, ni decir que todo vale. Es aceptar que vivimos en una sociedad plural.

Y por eso seguiré estando en Twitter —o en las redes— como llevo años intentando estar. Abogando por una cultura del encuentro, en vez de trincheras que solo dejan víctimas y desoladas tierras de nadie. Si alguien se asusta porque se anime a las personas a formarse y pensar, el problema es suyo.

_________________________
Fuente: https://pastoralsj.org

ARTÍCULOS RELACIONADOS

logo

Suscríbete a Revista Mensaje y accede a todos nuestros contenidos

Shopping cart0
Aún no agregaste productos.
Seguir viendo
0