La subsecretaria del Sínodo destacó “la interacción entre el ejercicio de la sinodalidad a nivel local, regional, nacional, continental y universal”.
Un balance de la Etapa Continental, después de unos días de reunión, fue el propósito de la rueda de prensa de la Secretaría del Sínodo el 20 de abril. No podemos olvidar que este es uno de los aspectos más innovadores del proceso sinodal, como recordó la Hna. Nathalie Becquart, que tuvo como soporte el Documento para la Etapa Continental, recogiendo los frutos de la escucha inicial, e insistiendo en “la idea de circularidad entre todos los niveles de la Iglesia” y profundizar en el proceso de discernimiento en cada Asamblea Continental.
Estas asambleas se llevaron a cabo con diferentes enfoques, “para que cada continente tenga en cuenta las prácticas establecidas, los elementos culturales y lingüísticos, la geografía y la logística de cada continente”. En ese sentido, la subsecretaria del Sínodo destacó “la interacción entre el ejercicio de la sinodalidad a nivel local, regional, nacional, continental y universal”, fomentando vínculos que llevan a caminar juntos “con un espíritu de escucha y de aprendizaje”.
La religiosa, que participó de cuatro asambleas continentales, insistió en la centralidad de la experiencia más allá de los documentos, destacando “un proceso espiritual de transformación que condujo a la consolación” y este nuevo método de realizar las asambleas en las que comparten “juntos obispos, sacerdotes, laicos y laicas, religiosos y religiosas… y entre diferentes iglesias locales”. Un camino sinodal que es “un intercambio de dones” y una diversidad en las iglesias locales nacida del fenómeno de las migraciones, y junto con ello “una nueva manera de relacionarse entre el centro/curia romana y las iglesias locales en el espíritu del Predicate Evangelium”, destacó la Hna. Nathalie Becquart.
Asambleas Continentales diferentes en estilo y contenido, como señalaba Mons. Timothy John Costelloe, que hizo ver que esta etapa ayudó a entender que “hay más de una manera de ser Iglesia”. En las asambleas continentales los participantes llevaron “la voz del Pueblo de Dios”, que se ha sentido escuchado y reconocido como “una parte esencial de la realidad de la Iglesia”. Mons. Costelloe destacó la conversación espiritual como parte fundamental de esta etapa, afirmando que las reuniones de los últimos días, que se han centrado en “una reflexión y un intercambio de impresiones sobre la experiencia de la etapa continental del camino sinodal”, han seguido esta misma metodología, con tiempo para orar, reflexionar y hablar abiertamente, buscando contribuir como un paso más al camino sinodal, que “esperamos siga desarrollándose desde la base”.
Esta etapa ayudó a entender que “hay más de una manera de ser Iglesia”.
En un planeta en el que siete de cada diez personas utilizan un teléfono móvil, el 64% de la población mundial está conectada a Internet y 4.500 millones de personas utilizan las redes sociales, el Sínodo Digital se ha sumado al proceso sinodal como una contribución al “mismo Sínodo de la Iglesia, con el mismo objetivo, con la misma metodología que el resto de la Iglesia, pero realizado en espacios digitales”, en palabras de Mons. Lucio Adrián Ruiz. El secretario del Dicasterio para la Comunicación insistió en que “surgió del propio Pueblo de Dios presente en las redes”. En América Latina y el Caribe dos representantes del Sínodo Digital estuvieron presentes en cada uno de los cuatro encuentros regionales, representando a los misioneros y evangelizadores digitales y los influencers católicos, que participaron del proceso.
Personas “muy diferentes en sus estilos, sensibilidades y formas de llevar a cabo la misión”, según Mons. Lucio Ruíz. Allí están “los que necesitan ayuda, los que tienen dudas, en fin, la riqueza y variedad de lo que es el Pueblo de Dios en el mundo”, pues está llegando a “una gran población, de todas las edades, especialmente entre 18 y 40 años, y sobre todo una gran población juvenil”, con una presencia de no creyentes o alejados de la Iglesia del 30%, que “han encontrado un camino de acercamiento y diálogo que les ha permitido expresarse y acercarse más libremente”. El secretario del Dicasterio para la Comunicación ha insistido en que la realidad digital es una cultura a ser evangelizada, una labor que está siendo llevada a cabo con personas que “necesitan ser acompañados, ayudados, apoyados y formados, para que puedan vivir su fe”.
En el proceso sinodal es importante la dimensión ecuménica, como mostró el Padre Hyacinthe Destivelle. Según comentó el dominico, el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos propuso a la Secretaría General del Sínodo organizar conferencias sobre la sinodalidad en las diferentes tradiciones cristianas, lo que se ha llevado a cabo durante el proceso sinodal, realizadas con una metodología sinodal, participando más de un centenar de teólogos, historiadores y canonistas de diferentes tradiciones cristianas y de varios continentes. Desde ahí destacó que “no solo el movimiento ecuménico contribuye al proceso sinodal en curso, en todas sus fases, sino también que el proceso sinodal de la Iglesia católica es una contribución al movimiento ecuménico”.
Fuente: https://adn.celam.org / Imagen: Pexels.