Asoma una generación que decide cómo vivir, pensar y relacionarse con Dios: con libertad interior, con disciplina, con sentido social y de hermandad, una generación que puede ser la esperanza de Occidente. Por supuesto cabe la duda: ¿será auténtico o pasajero?
Hay algo imposible de negar: lo católico ha vuelto. Lo constata el hecho de que la misma «cultura» que antes ridiculizaba o marginaba lo religioso, hoy lo exhibe como alternativa. Esto no quiere decir que los señores mayores que rigen el mundo hayan cambiado de ideas; simplemente, han decidido que el bolsillo es más importante y, por lo tanto, hay que satisfacer los intereses de los jóvenes que, gracias a Dios, se han cansado del vacío. De alguna manera, estamos viendo una respuesta cultural y también espiritual ante los binomios asfixiantes que se ofrecían como inevitables: desarraigo o pobreza, sumisión o cancelación, éxito o suicidio.
Hay que satisfacer los intereses de los jóvenes que, gracias a Dios, se han cansado del vacío.
Algunos millennials, muchos zetas, y ya comienzan los alfas, se acercan con frescura, pero sin lugar a duda, es una aproximación más conservadora a lo religioso —sí, más «conservadora»—. ¿Pero nos parece raro? Buscan la verdad, les obsesiona, porque han nacido en el lodo de la manipulación y lo fake. Buscan la belleza, quizás porque están cansados de que se les ofrezcan horrores, drogas, pornografía, adicciones. Se han lanzado hacia la oración y la Eucaristía, seguramente porque la Presencia es lo único que, en este mundo, puede disipar la promesa de la nada, a la que estaban consagrados. Estoy convencido de que no es nostalgia de un pasado que no vivieron, sino una búsqueda auténtica de lo Eterno y de colmar el deseo de que sus vidas tengan orientación y sentido.
Asoma una generación que decide cómo vivir, pensar y relacionarse con Dios: con libertad interior, con disciplina, con sentido social y de hermandad, una generación que puede ser la esperanza de Occidente. Por supuesto cabe la duda: ¿será auténtico o pasajero? El tiempo lo dirá, y si lo es lo veremos en la entrega concreta de quienes pongan su vida al servicio de Dios y para su mayor gloria.
Fuente: https://pastoralsj.org / Imagen: Pexels.