El Papa recuerda que decir la verdad va más allá de “ser sinceros o exactos”. “¿Qué verdad atestiguan las obras de los cristianos, nuestras palabras y nuestras decisiones?”, se pregunta.
El Papa Francisco centra su catequesis de los miércoles en el octavo mandamiento: “No cometerás falso testimonio ni mentirás”. Bergoglio asegura que la verdad es más que “ser sinceros o exactos” en nuestras palabras, gestos y silencios. Y, una vez más, condena las murmuraciones, porque “los murmuradores son terroristas, que tiran la bomba y se van”.
Lectura del Evangelio de Mateo: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.
ALGUNAS FRASES DE LA CATEQUESIS DEL PAPA
“Abordamos la Octava Palabra del Decálogo: ‘No cometerás falso testimonio contra tu prójimo’”.
“Vivir de comunicaciones no auténticas es grave, porque impide las relaciones y, por lo tanto, el amor”.
“Y cuando hablamos de comunicación entre las personas, entendemos no solo las palabras, sino también los gestos, las actitudes e, incluso, los silencios y las ausencias”.
“Una persona ‘habla’ con todo lo que es y lo que hace. Todos vivimos comunicando y estamos continuamente en equilibrio entre la verdad y la mentira”.
“¿Qué significa decir la verdad? ¿Significa ser sinceros o exactos? En realidad, esto no basta, porque se puede estar sinceramente en el error o incluso se puede ser precisos en el detalle, pero no acertar con el sentido del conjunto”.
“A veces nos justificamos: ‘Pero dije lo que sentía’. Sí, pero has absolutizado tu punto de vista”.
“O también decimos. ‘Solo dije la verdad’. Puede ser, pero has revelado hechos personales o reservados”.
“Las murmuraciones destruyen la comunión por inoportunidad o por falta de delicadeza”
“Murmurar es matar. Los murmuradores son terroristas que tiran la bomba y se van”.
“¿Qué es, entonces, la verdad? Es la pregunta hecha a Pilato”.
“La verdad encuentra su plena realización en la propia persona de Jesús, en su modo de vivir y de morir, fruto de su relación con el Padre”.
“En todos sus actos, la persona afirma o niega esta verdad. Desde las pequeñas situaciones cotidianas a las opciones más importantes. Pero con la misma lógica: la que nuestros padres y abuelos nos enseñan, cuando nos dicen que no contemos mentiras”.
“Preguntémonos: ¿Qué verdad atestiguan las obras de los cristianos, nuestras palabras y nuestras decisiones? Los cristianos no son hombres y mujeres excepcionales. Somos, sin embargo, hijos del Padre celestial, que es bueno y no decepciona”.
“Esta verdad es una forma de existir o de vivir”.
“Cuando alguien es veraz, se le reconoce: ‘Este es un hombre auténtico y veraz’”.
“La verdad es la revelación maravillosa de Dios, del rostro de su Padre”.
“Esta verdad corresponde a la razón humana, pero la supera infinitamente, porque es un don que bajó a la tierra y se encarnó en Cristo crucificado y resucitado”.
“No cometer falso testimonio quiere decir vivir como hijos de Dios, dejando transparentar en cada acto que Dios es Padre y que nos podemos fiar de Él”.
“Yo me fío de Dios. Esta es la gran Verdad y de ella nace mi verdad: ser auténtico y no mentiroso”.
TEXTO ÍNTEGRO DEL SALUDO DEL PAPA EN ESPAÑOL
Queridos hermanos y hermanas:
La catequesis de hoy la dedicamos al octavo mandamiento: «No dirás falso testimonio ni mentirás»; este mandamiento prohíbe falsear la verdad en las relaciones con los demás.
Es grave vivir de “comunicaciones” no auténticas, porque impide las relaciones recíprocas y el amor al prójimo. La “comunicación” entre las personas no es solo con palabras, sino también con gestos y actitudes, hasta con silencios y ausencias; se comunica con todo lo que uno hace y dice. Entonces, ¿qué es la verdad? Esta fue la pregunta que hizo Pilatos a Jesús en el proceso que lo llevaría a morir en la cruz.
Jesús había afirmado: «Para esto he nacido y he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad». Con su pasión y su muerte, demuestra que él mismo es la realización plena de la Verdad, pues su vida fue un reflejo de la relación con el Padre. En su manera de vivir y morir, cada acto humano, por pequeño o grande que sea, afirma o niega esta verdad. «No dar falso testimonio, ni mentir», implica vivir como hijos de Dios, dejando que en cada acto se refleje que él es nuestro Padre y que confiamos en él.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. Los animo a vivir como hijos que saben que Dios los ama, y que con esa conciencia puedan construir cada vez más una sociedad fundamentada en la sinceridad y en la verdad.
Que Dios los bendiga. Muchas gracias
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Fuente: www.periodistadigital.com/religion