Gesto al filósofo del pensamiento débil

Sr. Director:

Con mucha alegría he leído en La Stampa que, sobre la necesidad de recuperar un diálogo sin censuras entre el catolicismo y los «tiempos modernos», el papa Francisco tuvo una fraterna conversación con el filósofo Gianni Vattimo, católico crítico, excomunista y gay, quien hace algunos años fue denostado por su teoría del «pensamiento débil» o «frágil». Con ella, una y otra vez él ha llamado a avanzar a una Iglesia encarnada en el mundo «real», necesidad que genera angustias, dudas y rabias, como las del mismo Cristo en el Huerto de Getsemaní.

Vattimo es contemporáneo del Papa (1936) y afirma que él le quita «la vergüenza de declararse católico». Lo hace en referencia a la censura de la que él fue objeto, en el simplismo de llamar relativismo a cualquier reflexión que se aparte de la metafísica o de los dogmas eclesiales.

Lo ocurrido es un acto ejemplar que se suma al reconocimiento que hace unas semanas hizo el Papa a Gustavo Gutiérrez, el gran precursor de la Teología de la Liberación. Esto conmueve, como lo hicieron las reuniones de Benedicto XVI con Hans Küng, el teólogo censurado por el propio Ratzinger en sus opciones de dar cátedra debido a que ha cuestionado la infalibilidad del Papado. Otros gestos vaticanos necesarios son reivindicar a Ernesto cardenal, el poeta sandinista reprendido que fue profético al distanciarse de Daniel Ortega y de la corrupción y el autoritarismo que desvió al movimiento sandinista. Con mayor razón, debiese pedir «perdón» a Leonardo Boff por el fuerte rechazo que en su momento provocaron sus textos: hacia el año 1980 él escribió en favor de una reforma eclesial participativa y federal de comunidades de base, alejando a la Iglesia de malas prácticas, características del absolutismo heredado del Imperio romano.

Bien por los gestos que nos acercan a un camino urgente de reforma eclesial, que debiéramos comenzar en Chile con un Concilio regional sin miedo a debatir y volver a la sencillez, al amor al prójimo sin límites y a la búsqueda del Reino, ahora con fraternidad y consecuencia. Por otra parte, mientras el Papa reivindica «disidentes», es una lástima que en la Facultad de Teología de la PUC se haya prohibido ejercer la enseñanza a algún teólogo crítico.

Esteban Valenzuela Van Treek
Académico, miembro de Justicia y Paz

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