Sr. Director:
Estando en el tapete de la discusión pública tantos temas de alcance social que han sido postergados desde hace años, bien podría ocupar más espacio la preocupación por los adultos mayores en nuestro país. Extraña que no haya sido así pese a que ellos representan un porcentaje cada vez mayor de la población, debiéndoles todos nosotros mucho de lo que hemos podido ser. Recientemente el papa Francisco, en el tono elocuente que le conocemos, se ha referido al tema, cuando en una audiencia general ha buscado explicar el mandamiento de honrar a los padres: “Me permito aconsejar a los padres: por favor, acercad a los hijos, a los niños, a los hijos jóvenes, a los ancianos, acercarles siempre. Y cuando el anciano está enfermo, un poco fuera de sí, acercarles siempre: que sepan que esta es nuestra carne, que esto es lo que ha hecho que nosotros estemos aquí ahora. Por favor, no alejar a los ancianos. Y si no hay otra posibilidad que enviarlos a una residencia, por favor, id a visitarlos y llevad a los niños a verlos: son el honor de nuestra civilización, los ancianos que han abierto las puertas”.
Según cifras oficiales, en Chile hay casi tres millones de adultos mayores, siendo nuestro país uno de los más envejecidos de la región latinoamericana, junto a Uruguay y Cuba, y eso se mantendrá, haciéndose más importante esta consideración.
Sergio Marchant M.