Incendios y deforestación: Factores que amenazan el equilibrio en la Amazonía

La Red Eclesial Panamazónica (REPAM) reflexiona sobre los factores que han convertido algunos territorios amazónicos en escenarios de incendio y deforestación: miles de hectáreas quemadas y ecosistemas dañados cuyas consecuencias repercuten en toda la humanidad, pero afectan de modo especial a los más vulnerables.

Incendios, deforestación y destrucción del medio ambiente van ligados de la mano en escenarios naturales asolados por la sequía y la negligencia humana. Como es el caso de algunos territorios amazónicos que lamentablemente se han convertido en noticia tras haber sido arrasados por el fuego: hablamos de miles de hectáreas quemadas y ecosistemas dañados cuyas consecuencias repercuten en toda la humanidad, pero afectan de modo especial a los más vulnerables.

VENEZUELA: INCENDIOS Y DEFORESTACIÓN

Entre las causas que originan estos desastres, están la minería ilegal y las actividades agrícolas que no respetan prácticas tradicionales de los pueblos indígenas. En este sentido, la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), ha denunciado la grave situación que viven algunos pueblos de la Amazonía, como es el caso de Venezuela, que cuenta con estadísticas preocupantes sobre deforestación y fuego en sus estados amazónicos.

En abril de 2020, Venezuela fue el país con más incendios de Sudamérica, el 36% del total, según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), explica la REPAM en un artículo publicado en su página web, en el que afirma (basándose en los datos de un reportaje del periodista José Silva para el Diario de Caracas) que en los últimos cinco años este país ha perdido al menos 2.801.136 hectáreas de bosque, cifra que aumenta con el crecimiento de la minería ilegal.

EXPLOTACIÓN MINERA QUE NO RESPETA EL AMBIENTE

Se trata de datos, cuanto menos alarmantes, teniendo en cuenta que en la Amazonía venezolana (constituida por 3 estados: Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro) la deforestación se ha convertido en un problema, sobre todo en los últimos años. “Un problema que se incrementó con la creación por parte del gobierno venezolano de la Zona de Desarrollo Estratégico Arco Minero del Orinoco, con alrededor de 112 mil km2 destinados a la actividad minera”, puntualiza el reportaje.

En este sentido, la REPAM hace hincapié en que es necesario reflexionar sobre lo que está sucediendo, con la esperanza de trabajar juntos para garantizar la protección de los bosques, la restauración de los ecosistemas, el respeto a la flora y a la fauna, así como evitar que se sigan quemando los cultivos.

SE AGRAVAN LOS INCENDIOS EN BOLIVIA

Otro caso que preocupa considerablemente es Bolivia, que se ubica como el tercer país (precedido por República Democrática del Congo y Brasil) con mayor deforestación de bosque primario, según datos de Global Forest Watch, con alrededor de 300 mil hectáreas de bosque deforestado en 2020.

Tal como explica el informe de Global Forest Watch, en los últimos años, Bolivia está perdiendo grandes masas de bosque amazónico y de bosque chiquitano, situación que se agrava con incendios que afectan incluso a áreas protegidas.

Al respecto, la REPAM comparte las declaraciones del activista boliviano Pablo Solón en un webinar titulado “¿Cómo enfrentar los incendios en la Amazonía, Chiquitania, Cerrado, Pantanal y Chaco?”, organizado el 2 de junio por la Asamblea Mundial por la Amazonía.

“Bolivia viene sufriendo incendios muy fuertes en los últimos años, las cicatrices de quema en 2019 superaron los 5 millones de hectáreas, que es la superficie de toda Costa Rica. Es como imaginarse que toda Costa Rica estuviera en llamas, es una situación grave. Los incendios, en el caso de Bolivia, se concentran en dos departamentos: Santa Cruz y Beni, que registran el 95% de los casos. Por otra parte, en 2020 el bosque que más se quemó fue el amazónico, y en 2019 fue el chiquitano”.

PREVENIR LAS PÉRDIDAS DE BOSQUE

Asimismo, entre las causas de los focos incendiarios, el activista Solón citó estudios que indican que el 60% es debido a la ganadería y que la producción de soja contribuye a la expansión de la frontera agrícola; “además de las leyes que contribuyen a favorecer el agronegocio con normas que amplían las zonas de quema”.

En este contexto, surge una pregunta fundamental: ¿Cómo prevenir más pérdidas del bosque?

Para Solón es necesario aplicar estrategias de prevención y promover mecanismos de control social desde abajo, es decir, “establecer brigadas para controlar el fuego, logrando que haya más información e incentivos para prevenir estos desastres y no solo sanciones impuestas una vez que sea demasiado tarde”.

EL PAPA: “SER PARTE DE LA GENERACIÓN DE LA RESTAURACIÓN”

Y precisamente sobre el factor tiempo hizo referencia el Papa Francisco, hace unos días, al enviar un mensaje en el marco del lanzamiento del Decenio de la ONU para la Restauración de los Ecosistemas, que inició el 5 de junio con la finalidad de asumir compromisos decenales “destinados a cuidar nuestra casa común”.

En esta ocasión, el Santo Padre pidió poner, desde ya, la mirada en las futuras generaciones e hizo hincapié en la urgente necesidad de convertirnos en “administradores responsables de la creación”.

Partiendo de la profunda certeza de que en el medio ambiente todo está conectado, la humanidad entera está llamada a repensar los actuales modelos económicos y asumir con determinación (cada uno de acuerdo a sus posibilidades) su papel indispensable dentro de lo que Francisco llama la “Generación de la Restauración”, comprendiendo el significado intrínseco del concepto restaurar:

“Restaurar la naturaleza que hemos dañado significa, ante todo, restaurarnos a nosotros mismos. Al dar la bienvenida a este Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, seamos compasivos, creativos y audaces”.

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Fuente: www.vaticannews.va

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