La reciente victoria del Partido Socialista de Cataluña y la caída del apoyo al independentismo sugieren un cambio fundamental en la política catalana.
El 12 de mayo, en un giro inesperado en Cataluña, el Partido Socialista del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha emergido como el claro ganador de las elecciones regionales. Liderado por Salvador Illa, el Partido Socialista de Cataluña (PSC)(1) ha obtenido 42 escaños en el parlamento catalán, prácticamente con la totalidad de los votos escrutados, mientras que los partidarios de la independencia están perdiendo terreno significativo.
Este resultado electoral refleja un cambio notable en la dinámica política en Cataluña, donde el independentismo había sido una fuerza dominante en los últimos años. Carles Puigdemont, el expresidente de la Generalitat de Cataluña y líder del movimiento independentista, ha manifestado su intención de formar un gobierno en minoría, a pesar de la insuficiencia de votos para que los socialistas puedan constituir su propio gabinete.
La campaña electoral, marcada por problemas locales acuciantes como la crisis inmobiliaria, relegó la cuestión de la relación de Cataluña con Madrid a un segundo plano. Este cambio de enfoque ha influido en la disminución del apoyo al movimiento independentista, que ha visto una pérdida de control en el parlamento regional. Junts per Catalunya(2), el partido de Puigdemont, obtuvo el segundo lugar con 35 escaños, consolidándose como la principal fuerza independentista, aunque sin la misma solidez que en años anteriores.
La disminución del apoyo al independentismo es evidente. Según el Instituto de Estadística de la Generalitat de Cataluña, el nivel de apoyo a la independencia entre los residentes locales ha descendido del 49% en 2017 al 42% en la actualidad. Este descenso representa un duro golpe para el movimiento, que había alcanzado su punto álgido durante el referéndum de independencia de 2017, declarado ilegal por Madrid.
Para Pedro Sánchez, los resultados electorales en Cataluña confirman la corrección de su política hacia esa zona, especialmente su decisión de aprobar una ley de amnistía para los activistas del movimiento independentista. La estrategia de Sánchez ha sido pragmática: después de las elecciones parlamentarias de 2023, en las que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) quedó en segundo lugar, consiguió el apoyo de los partidos nacionalistas catalán y vasco para formar un gobierno de izquierda, a pesar de la victoria del derechista Partido Popular que no logró formar una mayoría.
Para Pedro Sánchez, los resultados electorales en Cataluña confirman la corrección de su política hacia esa zona, especialmente su decisión de aprobar una ley de amnistía para los activistas del movimiento independentista.
Sostengo en esta columna que los resultados de las últimas elecciones catalanas indican una transición hacia un periodo de mayor estabilidad y colaboración entre Cataluña y el gobierno central. La victoria del PSC no solo representa un triunfo electoral, sino también un cambio de narrativa en la política catalana. La gestión de los problemas locales y la búsqueda de soluciones pragmáticas han superado el impulso independentista que dominó la escena política en la última década.
En consecuencia, planteo que el futuro de Cataluña parece encaminado hacia un enfoque más integrado y colaborativo con el resto de España. La disminución del apoyo a la independencia, junto con el resurgimiento del Partido Socialista, señalan un periodo de transformación donde la identidad catalana puede coexistir con una relación más armoniosa con Madrid. Podría decirse que esta evolución refleja una “maduración” del electorado catalán, que ahora busca estabilidad y progreso dentro del marco español, dejando atrás los tumultuosos años de enfrentamientos y divisiones.
También considero que es una oportunidad para que el independentismo catalán replantee en qué ha fallado o por qué su opción por la independencia ha ido perdiendo peso en el electorado. La pregunta es ¿por qué toda esa movilización social y política de 2017 ha ido perdiendo fuerza en términos electorales entre los catalanes?
Para finalizar, la reciente victoria del PSC y la caída del apoyo al independentismo sugieren un cambio fundamental en la política catalana. El resurgimiento de los socialistas y el pragmatismo de Pedro Sánchez han remodelado el paisaje político, llevando a Cataluña hacia un futuro más estable y menos polarizado.
(1) El PSC defiende una posición socialdemócrata y tiene como objetivo principal la defensa de los intereses de Cataluña dentro del marco de España, promoviendo políticas progresistas en áreas como la educación, la sanidad, el empleo y la igualdad de género. Aunque forma parte del PSOE a nivel nacional, el PSC tiene cierta autonomía en su actuación y en la toma de decisiones específicas relacionadas con Cataluña.
(2) Junts per Catalunya (Junts o JxCat) es un partido político catalán que se define como independentista, nacionalista y de centro-derecha. Fue fundado en julio de 2018 por Carles Puigdemont, el expresidente de la Generalitat de Cataluña, después de la disolución de la coalición electoral del mismo nombre que se había presentado a las elecciones autonómicas de 2017.
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