Sr. Director:
La coexistencia de dos o más especies durante un periodo de miles y miles de años que luego dan origen al homo Sapiens es absolutamente fascinante. Mientras leía el artículo del profesor J. Pablo García-Huidobro Toro, comentando y explicando tan bien el trabajo del actual Nobel de Medicina Svante Pääbo, no podía dejar de maravillarme frente al paso desde la investigación teológica-espiritual, e inclusive literaria imaginativa, a la científica. Qué ganas de poder desentrañar alguna de esas hiper milenarias osamentas de hominins y pedirles que, ¡por favor!, nos relaten más sobre su vida, al parecer, más solitaria que la del homo Sapiens que prefirió, para sobrevivir, agruparse en familias. Pero ¿sobrevivir? ¿Solo eso? Tal vez descubrieron que, si observaban a la misma naturaleza —en la noosfera, sumergidos— que los rodeaba, había algo más que garrotes, seguridad y carne cruda… ¡Gracias a Dios!
Hno. Beda Estrada OSB