La invitación de nuestro papa Francisco

Sr. Director:

Nuestro querido papa Francisco ha marcado la historia de nuestra Iglesia católica, como también de muchas Iglesias cristianas en forma impresionante. Mostró frente a todos los países del mundo siempre su acogida y postura de buscar la paz.

Conozco un poco de su trayectoria en la Compañía de Jesús como provincial joven de los padres jesuitas en tiempos de la dictadura en Argentina. Concretamente, sé cómo salvó la vida de dos sacerdotes misioneros alemanes —sin que él nunca se lo atribuyera—. Tampoco nunca se defendió cuando lo acusaban de estar de acuerdo con la dictadura.

Siguiendo con asombro el proceso cuando él fue elegido papa y optó por el nombre «Francisco», muchos quedamos sorprendidos, porque evocó a aquel santo que irrumpió en la Edad Media en nuestra Iglesia, optando por los pobres.

En América Latina y en nuestro Chile muchos miembros de la Iglesia ya habíamos descubierto nuestra vocación de ser discípulos de Jesús y atender a los pobres de nuestra sociedad, anunciándoles la Buena Nueva y sirviéndoles en sus necesidades, como lo hizo nuestro Maestro. Al recibir al papa Francisco, nos sentimos respaldados por su actitud de vida como Discípulo de Jesús: no quiso vivir en el Palacio Vaticano, sino en la Casa Santa Marta, buscando la sencillez y la cercanía a las hermanas y hermanos.

Acompañó a las conferencias episcopales, escuchó sus opiniones y quiso orientarlas a ver los tiempos nuevos. No siempre le pusieron oído…

La invitación de nuestro papa Francisco es que todos, Hijas e Hijos de Dios, podemos aportar algo para la construcción del Reino de Dios en nuestro mundo, respetándonos unos a otros en libertad y humildad.

 

Hermana Karoline Mayer H.

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