Sr. Director:
La carta de Pablo Walker S.J., capellán del Hogar de Cristo, en Mensaje de junio, me interpreta plenamente. Y es bueno agregar que también debemos cuidar decididamente el valor de la caridad, que queda disminuido si solo se la considera contrapunto insuficiente de la justicia. A lo largo de toda su historia, a la humanidad le ha sido imposible generar una sociedad sin pobreza ni pobres. Y lo ha intentado de mil maneras diferentes. Es entonces que recurrimos a la caridad, a compartir, a ese “dar al pobre” en el que Jesús insiste una y otra vez, porfiadamente, a lo largo de sus evangelios. Y, como solo da quien tiene más que el otro, parece que Nuestro Señor reconoce esa inevitable debilidad humana y la “corrige”, por decirlo así, desde la caridad.
Entender las exigencias de la justicia y esforzarse por llevarla a cabo, y la constante caridad, resultan imprescindibles para el cristiano en la sociedad actual.
Miguel Allamand