La Teología de la Liberación: Una reevaluación del papel de la Iglesia católica en América Latina

Este movimiento abrió un espacio para el diálogo sobre temas de pobreza, opresión y desigualdad en el continente, estableciendo un legado que perdura hasta hoy.

A mediados del siglo XX, en el contexto de un continente marcado por las condiciones de precariedad, explotación y la conciencia del origen de esos males (teorías de la dependencia, del desarrollo y subdesarrollo), surge la Teología de la Liberación(1), como una respuesta al desencanto de ciertos sectores del clero y de laicos militantes víctimas de ese flagelo —siendo este un continente eminentemente católico—, quienes buscan reinterpretar el papel de la Iglesia católica y de los mismos cristianos en la sociedad cotidiana y reclamarla en pos de la justicia social. Este movimiento teológico representa una ruptura con la noción elitista de la Iglesia y promueve el rol protagónico de las comunidades de base, al involucrar a los pobres en su propia liberación y comprender el cristianismo como un espacio para lograr una sociedad más justa.

Guiada por el destacado sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, la Teología de la Liberación revitalizó a las personas marginadas en Perú y en toda América Latina, introduciendo un enfoque teológico que transformó la relación entre compromiso de fe y compromiso social, así como entre la Iglesia y el pueblo.

En el siglo XIX, la Iglesia católica en América Latina se alineó estrechamente con las clases acomodadas y mostró poco interés en abordar las luchas de los pobres (ciertos sectores de la Iglesia). Los movimientos independentistas, aunque prometieron liberación, beneficiaron principalmente a la élite criolla, dejando de lado las aspiraciones de las clases bajas. Este alineamiento de sectores de la Iglesia con la élite gobernante reflejó su papel como modelo de éxito y poder, más que como representante del pueblo.

A principios del siglo XX, la Iglesia comenzó a mostrar signos de cambio al adoptar una postura más cercana a los grupos más vulnerables de la sociedad de aquella época, influida por la renovación eclesial que se venía desarrollando a fines del siglo anterior, y alcanza su madurez en el Concilio Vaticano (Tombs, 2002). La creciente urbanización e industrialización en América Latina generó presiones para reformas políticas y sociales, lo que llevó a la Iglesia a reconocer la importancia de abordar la justicia social y distributiva. El movimiento de Acción Católica en Perú, liderado por figuras como Holguín de Arequipa y Farfán de Cusco, estableció una separación entre la Iglesia y el Estado e introdujo un catolicismo más militante, sentando las bases para la Teología de la Liberación (Peña, 1994).

La creciente urbanización e industrialización en América Latina generó presiones para reformas políticas y sociales, lo que llevó a la Iglesia a reconocer la importancia de abordar la justicia social y distributiva

Gustavo Gutiérrez, un sacerdote peruano de origen humilde, se convirtió en una figura central en la fundación y promoción de la Teología de la Liberación, y prontamente se sumaron otros como Leonardo Boff, Ignacio Ellacuría, Jon Sobrino, José Comblin, Juan Luis Segundo, en una larga lista, cada uno haciendo sus propios aportes a esta nueva corriente teológica. Gutiérrez, después de estudiar en Europa, regresó a América Latina con la convicción de que las teorías teológicas tradicionales no abordaban adecuadamente la realidad de la pobreza y la opresión en la región. Su participación en el movimiento de Acción Católica le permitió establecer conexiones esenciales que facilitaron la difusión de la Teología de la Liberación.

Inspirado por la Revolución Cubana y las crecientes demandas de cambio social, Gutiérrez presentó por primera vez el concepto de Teología de la Liberación en la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Medellín en 1968. Esta teología, que busca comprender el cristianismo a través del proceso salvífico de liberación, se desarrolló en tres niveles: la liberación económica de la explotación, la liberación existencial del fatalismo y la liberación teológica del pecado. Al alentar a las personas a convertirse en agentes activos de su propio destino y a luchar contra la opresión, la Teología de la Liberación desafió la noción tradicional de la Iglesia como una institución elitista (Gutiérrez 1973, 12).

Así entonces, la Teología de la Liberación se caracterizó por su énfasis en la opción preferencial por los pobres y su apoyo a una comprensión libertaria de su experiencia de fe que lleve al compromiso social más concreto y revolucionario. A través de la creación de comunidades cristianas de base y talleres de reflexión bíblica y teológica, este movimiento permitió que los marginados, pobres, mujeres y jóvenes, entre otros, se empoderaran y participaran en la búsqueda de una sociedad más justa. Sin embargo, el Vaticano expresó su preocupación por las posibles conexiones entre la Teología de la Liberación y el método de análisis dialéctico marxista, lo que llevó a una serie de críticas y medidas disciplinarias contra los defensores de este movimiento.

A pesar de su eventual declive en popularidad, la Teología de la Liberación dejó un impacto duradero en la Iglesia católica y en otras confesiones religiosas, como en los sectores más políticos del continente. Al desafiar las estructuras de poder establecidas y alentar la participación de los pobres en la búsqueda de la justicia social, este movimiento transformó la forma en que la Iglesia entendía su papel en la sociedad. Aunque enfrentó oposición y críticas, la Teología de la Liberación abrió un espacio para el diálogo sobre temas de pobreza, opresión y desigualdad en América Latina, estableciendo un legado que perdura hasta hoy.

(1) Aunque se usa el singular, esto no significa que se trate de un pensamiento único y monolítico.

BIBLIOGRAFÍA

— Gutiérrez, Gustavo. A Theology of Liberation: History, Politics, and Salvation. Maryknoll, N. Y.: Orbis, 1973.
— Peña, Milagros. “Liberation Theology in Peru: An Analysis of the Role of Intellectuals in Social Movements.” Journal for the Scientific Study of Religion 33.1 Mar.1994: 34-45. JSTOR.
— Tombs, David. Latin American Liberation Theology. Boston: Brill Academic, 2002.


Imagen: Pexels.

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