Jesús nos nuestra que es posible vincularse desde la transparencia, respetando y acogiendo las diferencias.
Evangelio del domingo 11 de mayo de 2025
Jn 10, 27-30.
Busca un lugar donde te sientas cómoda/o. Intenta silenciar los ruidos externos e internos para ponerte en presencia con Dios, pide su gracia y su sabiduría para comprender su Palabra y mensaje que hoy te trae Jesús. Te puede ayudar leyendo está frase: «El buen pastor, Jesús está atento a cada uno de nosotros, nos busca y nos ama» (Papa Francisco). Te puedes ayudar de la canción https://youtu.be/uXfk1gEQawI?si=yWvt0tE_E4Tocz0O
¿Qué me dice el texto? Jn 10, 27-30.
«Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco. Ellas me siguen, y yo les doy vida eterna. Nunca perecerán y nadie las arrebatará jamás de mi mano. Aquello que el Padre me ha dado lo superará todo, y nadie puede arrebatarlo de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos una sola cosa».
¿Qué me dice el texto?
En este Evangelio encontramos a un Jesús cercano, compasivo, próximo e entrañable. Con estas actitudes lo podemos considerar como una persona vitamina, a quien Marian Rojas Estapé hace referencia en su libro Encuentra tu Persona Vitamina. Es decir, Jesús genera confianza, empatía, nos acoge de manera incondicional, nos transmite paz y seguridad. Esta forma de vincularse hace que nos abramos para contarle nuestras necesidades e intimidades. Con estas actitudes Jesús nos invita a seguir potenciando la hormona de la exotoxina.
La cercanía de Jesús conecta con la profundidad de nuestro corazón; Él conoce nuestros deseos, esperanzas y sueños. Así como también, abraza nuestros fracasos y decepciones que habitan en nuestra interioridad. Él nos ama tal como somos, no necesita que nos coloquemos máscaras o nos esforcemos para camuflar nuestras heridas.
Todos los días nos recuerda: «Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco. Ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna». Escuchar su voz requiere apertura, discernimiento y, en algunas ocasiones, deconstruir teorías, pensamientos que a lo mejor no dejan que la Ruah Divina dinamice el horizonte del camino ¿Qué pensamientos, estructuras, normas hacen que no dejes actuar al Espíritu Santo?
Escuchar nos lleva a comprender y a comprometernos con situaciones concretas que nos exigen lucidez, apertura, diálogo, empatía, respeto y compasión. Valores que requieren seguir cultivándose en los contextos más dolorosos e injustos de nuestra sociedad. ¿Te sientes querido/a, acogido/a, valorado/a, escuchado y acompañado/a por el grupo al que perteneces? Porque una persona, cuando se siente amada, es capaz de develar su corazón, se expone sin límites, porque sabe que va a ser cuidada y acompañada. ¿Conoces a personas que te invitan a escuchar desde el corazón?
Todos/as tenemos experiencias registradas en nuestro corazón, experiencias del Cuidado y Protección que Jesús, Buen Pastor, tiene con cada uno de nosotros/as. Él se hace el encontradizo cuando las dudas, los miedos e inseguridades se asoman a nuestra ventana y nos recuerda que «nunca perecerán y nadie los arrebatará jamás de mi mano». Que por los caminos llanos, pedregosos, donde persiste todo tipo de violencia, sintamos como Jesús sostiene nuestra profecía. Porque en estos caminos y lugares queremos seguir sembrando «Luz, Esperanza y Vida» desde nuestra vulnerabilidad.
Todos/as tenemos experiencias registradas en nuestro corazón, experiencias del Cuidado y Protección que Jesús, Buen Pastor, tiene con cada uno de nosotros/as.
Seguro que la gratitud nos invade en este momento, porque Jesús bendice y hace tierra sagrada los lugares en donde nos encontramos. ¿Cuántos de nosotros/as hemos caminado o estamos en lugares donde nuestra vida está en riesgo?
Construir relaciones interpersonales donde prime la confianza y la libertad, es un camino que requiere de cuidado y perseverancia. Jesús nos nuestra que es posible vincularse desde la transparencia, respetando y acogiendo las diferencias, como Él lo hizo con su padre. Este tipo de relación es un antídoto a tantas relaciones abusivas y tóxicas que encontramos en los espacios eclesiales y civiles.
Relacionarse desde la circularidad y la sororidad es arriesgarnos a dejar de lado los títulos o atributos que nos colocamos y desde los cuales nos comunicamos, muchas veces dejando de lado nuestro Ser necesitado de cuidado y protección.
En toda relación debe primar el respeto, la escucha, la comprensión y el diálogo. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo logran danzar a un solo ritmo, sin perder su esencia personal, cada uno de ellos contribuye, nutre y alimenta su relación. ¿Por qué es tan difícil construir relaciones saludables? ¿Qué nos falta para comprender que el otro/a también sufre y necesita de cuidado?
¿Qué me hace decirle a Dios?
Jesús, Buen Pastor, gracias por llamarme a estar y caminar contigo. Ayúdame a comprender y a escuchar tu voz. Enséname a estar atento/a las necesidades de mis hermanos/as. Quiero ser tus pies, tus manos y tu corazón para quienes sufren y luchan por un espacio digno y seguro.
¿Qué me da a conocer?
Vuelve a leer con tranquilidad el Evangelio, escucha como Jesús te dice, «yo te cuido y te llamo». Atrévete a conversar con Jesús, desvela tus miedos y deja que él te vuelva a decir, «yo estoy contigo», porque Él prefiere a las ovejas heridas, solas y tristes.
¿Qué camino de vida me invita a tomar?
Junto con otras mujeres y compañeras de camino queremos seguir siendo seres de Esperanza. Estando dispuestas/os para sanar y curar las heridas de nuestros compañeros/as de camino, al modo de Jesús Buen Pastor.
Imagen: Pexels.