Sr. Director:
Qué bien documentado el artículo «La Iglesia de Chile y la vía chilena al socialismo» de la historiadora Andrea Botto Stuven aparecido en Mensaje N° 692 (septiembre).
Tanta falta que nos hace, como país, informarnos adecuadamente de los hechos, con contenidos verdaderos. Revista Mensaje nuevamente se hace presente, entregándonos informaciones certeras, valiosas y necesarias.
Ahora bien, lo que quiero destacar del mencionado artículo es que en él se resalta la importancia de un buen liderazgo. Entre los años sesenta y setenta se produjeron grandes transformaciones sociales en nuestro país, emergiendo estas con fuerza desde varios sectores. Por supuesto, nosotros, Iglesia de Jesucristo, como Iglesia viva, no nos quedamos fuera.
La fortaleza de monseñor Raúl Silva Henríquez, comprendida muy bien por el presidente Salvador Allende, fue capaz de sostener y encauzar las transformaciones eclesiales sin perder el centro, actuando de muy buena manera en un escenario que iba desde el grupo «Tradición, Familia y Propiedad» hasta «Cristianos por el Socialismo», entre los que se encontraban integrantes de la Fraternidad de Foucault.
Hoy en día hace falta la existencia de liderazgos comprometidos, dispuestos a acercar a las partes sin dejarse amedrentar y manteniendo consecuencia entre lo que se dice y se hace. También, sin buscar el reconocimiento personal y hablando con autoridad y convicción en búsqueda de consensos. Eso es lo que nos afirmaría como nación para orientar los rumbos.
M. Del Carmen Infante C.