Llamadas perdidas

De la misma manera que estamos atentos a las llamadas del teléfono, debemos de sentirnos invitados a “escuchar” esas otras llamadas que la vida nos presenta y que son oportunidad de darse a los demás.

El otro día me dio por mirar cuántas llamadas había realizado o atendido a lo largo del día y me quedé impresionado. Son muchas las llamadas que atendemos y otras tantas llamadas perdidas que no podemos responder. Algunas llamadas son de gente conocida y otras de números desconocidos. Pensando en esto, me vino a la cabeza la cantidad de “llamadas” que hay a nuestro alrededor de gente cercana y de gente desconocida. Llamadas que piden ayuda, necesitan escucha, buscan apoyo, quieren compartir, o simplemente interesarse por nosotros.

Son muchas las llamadas que atendemos y otras tantas llamadas perdidas que no podemos responder.

De la misma manera que estamos atentos a las llamadas del teléfono, debemos de sentirnos invitados a “escuchar” esas otras llamadas que la vida nos presenta y que son oportunidad de darse a los demás. Otras veces debemos aceptar que no podemos llegar a todo ni a todos y sentirnos limitados, teniendo en cuenta que no somos superhéroes sino humildes obreros al servicio de nuestro Padre.


Fuente: https://pastoralsj.org / Imagen: Pexels.

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