En qué medida la población cubana se enterará sobre lo que expresó textualmente el presidente Trump desde Miami, ante una comunidad cubanoamericana que, en menor medida que hace algunas décadas, todavía se mantiene favorable al embargo.
Finalmente, luego de mantener en vilo al gobierno cubano pero también a los demás gobiernos y a la opinión pública de nuestra región, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el viernes 16 de junio, por la tarde, las líneas generales de lo que será su política hacia Cuba. Lo primero en lo que piensa cualquiera que ha vivido en Cuba y/o conoce bien los filtros que realiza el gobierno de la isla a la información pública, es en qué medida la población cubana se enterará sobre lo que expresó textualmente el presidente Trump desde Miami, ante una comunidad cubanoamericana que, en menor medida que hace algunas décadas, todavía se mantiene favorable al embargo.
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Entre las reproducciones del discurso presidencial “minuto a minuto” en el principal medio cubano, así como en los comentarios de los lectores, severamente filtrados, en ningún sitio se menciona la situación de los derechos humanos. La prensa dirigida del gobierno cubano recorta cuidadosamente expresiones como las siguientes, que sí se pueden leer en la prensa de Miami o en la de otros países:
— “La política reafirma el embargo estadounidense impuesto por ley a Cuba y se opone a los llamados dentro de Estados Unidos y otros foros internacionales para acabar con él”.
— “Es mejor para Estados Unidos tener libertad en nuestra región, tanto en Cuba como en Venezuela”.
— “No vamos a estar en silencio ante la opresión del comunismo”.
— “En la isla caribeña existe una ‘tremenda represión’”.
— “El régimen de (Raúl) Castro ha enviado armas a Corea del Norte e incentivó el caos en Venezuela”.
— “Cuando los cubanos den pasos concretos, estaremos listos, preparados y capaces de volver a la mesa para negociar ese acuerdo, que será mucho mejor”.
— “Ahora que soy presidente, Estados Unidos denunciará los crímenes del régimen de Castro”, dijo, además de denunciar los sufrimientos de los cubanos “durante cerca de seis décadas”. “Sabemos lo que pasa y recordamos lo que pasó”.
— “Retamos a Cuba a venir a la mesa con un nuevo acuerdo que sea del mejor interés, tanto para su pueblo como para el nuestro”.
De todos modos, aunque Trump planea cambiar significativamente su política hacia Cuba en lo referido a las severas restricciones programadas para los negocios del gran conglomerado de empresas GAESA, dirigidas por los generales más próximos a Raúl Castro, desde los taxis y la industria turística hasta la importación de alimentos, y reducirá drásticamente el flujo de dinero que recibe gobierno cubano, Estados Unidos mantendrá las relaciones diplomáticas con la isla, los viajes familiares y las remesas que envían los cubanoamericanos desde el otro lado del estrecho de Florida.
Para sus futuros pasos en política exterior frente a Cuba y, sobre todo, frente a Venezuela, en momentos en que nuestro Canciller concurre a la Asamblea General de la OEA celebrada en Cancún, el gobierno debería tomar debida nota de la realidad de las expresiones del presidente Trump, sobre todo respecto de la agobiante influencia del aparato de inteligencia y represión de Cuba sobre Venezuela.
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Fuente: www.revistacriterio.com.ar