“No tenemos derecho a fracasar una vez más en la construcción del Estado de Honduras y de su democracia”.
A menos de una semana de los comicios electorales del 26 de noviembre, fue decretado en Honduras, y por diez días —es decir, a partir del 1 de diciembre—, el estado de excepción, que prohíbe la libre circulación entre las seis de la tarde y las seis de la mañana en todo o parte del territorio nacional, con el intento de poner fin a las protestas violentas que se han multiplicado en el país.
En ese contexto, la Conferencia Episcopal de Honduras emitió un comunicado dirigido a la comunidad nacional en el que escriben: “No tenemos derecho a fracasar una vez más en la construcción del Estado de Honduras y de su democracia”.
Por ese motivo, los prelados consideran “urgente y prioritario” tomar diversas medidas. En primer lugar, recuperar la institucionalidad del Tribunal Supremo Electoral. En ese sentido, solicitan que se realice el escrutinio especial de actas “bajo la vigilancia estricta de los observadores de la Comunidad Económica Europea (EU), la Organización de Estados Americanos (OEA), del Grupo de Países Cooperantes (G-16)”, así como de los representantes de los Partidos Nacional y la Alianza contra la Dictadura, con el fin de garantizar la transparencia del proceso, y en modo particular, piden a los dirigentes de los partidos mencionados que durante la verificación de los datos, y posteriormente a la declaración del resultado, “orienten a sus bases para que asuman una postura de respeto, de madurez ciudadana, de promoción de la paz y la convivencia pacífica”.
A los miembros de la comunidad piden mantener actitudes de respeto, convivencia y diálogo, y superar todas las formas de violencia. “Todos los ciudadanos debemos volver a la vida normal”, expresan, y el Estado debe garantizar las manifestaciones pacíficas.
A todos los sectores sociales, políticos, académicos y religiosos, que impulsen al compromiso de un diálogo franco, eficaz y creativo a corto plazo, que permita alcanzar acuerdos mínimos de gobernabilidad y gobernanza, restauración de la paz y la convivencia ciudadana en Honduras.
También el Santo Padre Francisco se expresó al respecto este domingo a la hora del Ángelus, con el pensamiento de que el pueblo de Honduras pueda superar en modo pacífico el difícil momento de dificultad.
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Fuente: http://es.radiovaticana.va