Sr. Director:
Recientemente ha partido una mujer precursora en muchos sentidos, que ha dejado una marca de mucho valor en la vida cultural de nuestro país y en la defensa y desarrollo de nuestro patrimonio: Marta Cruz-Coke, primera directora (1993-2000) de la Dirección de Archivos, Bibliotecas y Museos, DIBAM.
Destacó por su tenacidad en su empeño por lograr que la cultura llegara a todos y beneficiara a los chilenos por encima de cualquier diferencia. Lo suyo era también un esfuerzo convencido por abrir la mente a nuevas ideas y proyectar las realidades de la cultura de nuestra nación.
Falleció a los 99 años de edad y, por tanto, fue testigo de muchos episodios y procesos vividos en Chile durante el siglo XX; sin embargo, aún así, era claramente una mujer del siglo XXI, pues sabía adelantarse a lo que venía, se ocupaba de proponer iniciativas con miras de futuro. Esa misma cualidad la hizo asumir que el patrimonio no era solo lo material, sino también los valores culturales y las mismas personas que encarnaban ciertas tradiciones.
Se encargó de presentar en 1995 ante la unesco la postulación de Valparaíso a la calidad de Patrimonio de la Humanidad. Creó y fue la primera presidenta de la Corporación del Patrimonio Cultural de Chile, presidenta de la Asociación de Gestores Culturales, miembro del Directorio de la Organización Interamericana de Mujeres, en Washington, y agregada cultural en la OEA.
Tuvo un tol destacado en acompañar el impulso a Bibliometro, que, en rigor, puede ser considerada la biblioteca pública más grande del país, y que incluso ha sido imitada en Madrid, poniéndose allí como ejemplo la experiencia chilena.
Cuando el año 1993 me invitó a conversar con ella sobre las tareas de la DIBAM (yo sería su sucesora el año 2000), se inició entre ambas una tarea de años de colaboración que me hizo conocer de cerca la tremenda energía que poseía en sus generosos empeños por la cultura.
La motivaban un profundo cariño por el país y un genuino interés por los grandes desafíos nacionales. En el último tiempo le preocupaba mucho la división que observaba en nuestra sociedad. Eso sí, tenía esperanza y admiración por la energía y los valores que se manifiestan en nuestra juventud actual.
Marta Cruz-Coke fue, en muchos sentidos, un alma generosa adelantada a su tiempo.
Clara Budnik
Exdirectora de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos