La estabilización económica de Venezuela solo es posible con un acuerdo político amplio al interior del país y la presentación ante los organizamos financieros internacionales de un plan de reformas económicas e institucionales.
El riesgo país alcanzó el máximo histórico en Venezuela el 30 de diciembre de 2018, con 6.930 puntos, para luego descender a 4.624 puntos en febrero de 2019, desde esa última fecha ha venido escalando de manera continua para situarse en 5.398 puntos el 8 de abril. El promedio del riesgo país de los países emergentes, invariablemente durante los últimos 12 meses, oscila alrededor de 400 puntos.
Por otra parte, el mercado paralelo de divisas mantiene una tendencia amortiguada oscilante al alza. Estamos en presencia de una “dolarización” imperfecta de la economía, por lo tanto, la única manera de sobrevivir es la de establecer mediciones de costos y precios en dólares. Como hemos manifestado en notas anteriores, las restricciones crediticias impuestas mediante un elevado encaje legal suponen la elección, por parte del gobierno, de la contención de la hiperinflación, escenario bajo el cual se anticipa una profundización de la depresión económica.
Las señales de un relanzamiento de la economía exigen una liberación de la asfixia regulatoria, el anclaje del tipo de cambio o la dolarización plena y una ayuda financiera internacional bien importante. La estabilización económica de Venezuela solo es posible con un acuerdo político amplio al interior del país y la presentación ante los organizamos financieros internacionales de un plan de reformas económicas e institucionales, no existe otra opción diferente a las negociaciones y al diálogo extenso.
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Fuente: http://revistasic.gumilla.org