El Pacto no es legalmente vinculante para los estados, pero su adopción por parte de los 193 miembros les enviará una clara señal de compromiso político para implementar los acuerdos propuestos.
La Asamblea General de las Naciones Unidas debería votar esta semana el Pacto Mundial para los Refugiados. Con esto culminará un proceso de dos años en el que vimos cómo la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, se involucraba con estados y consultaba a todas las partes interesadas relevantes, tal y como exige la “Declaración de Nueva York para refugiados y migrantes”, aprobada por unanimidad por los estados miembros en septiembre de 2016.
El Pacto Mundial no pretende reemplazar la Convención de 1951 para los Refugiados. Si bien la Convención se centra en los derechos de los refugiados y las obligaciones de los estados, no entra en cómo los estados deben compartir la responsabilidad de apoyar a los refugiados, ni especifica mecanismos para la cooperación internacional. El Pacto Mundial propone establecer acuerdos que se concreten en nociones como la solidaridad internacional, de manera que, por ejemplo, los estados que acogen al mayor número de refugiados reciban todo el apoyo financiero que necesitan de aquellos estados miembros con un mayor desarrollo económico y que, por su parte, albergan menos refugiados. Los cuatro objetivos principales del Pacto son: paliar la presión sobre los estados de acogida; desarrollar la autosuficiencia de los refugiados; ampliar el acceso al reasentamiento en terceros países; y fomentar las condiciones para un retorno seguro de los refugiados a sus países de origen.
El Pacto Mundial no es legalmente vinculante para los estados, pero su adopción por parte de los 193 estados miembros les enviará una clara señal de compromiso político para implementar los acuerdos propuestos en el Pacto. Una cifra récord de 65,8 millones de personas huyeron de sus hogares en 2017, y muchas de ellas ahora se encuentran en países del sur que no cuentan con los medios necesarios para brindarles apoyo o integrarlos en las estructuras y comunidades locales. El multilateralismo es el único camino a seguir en un tema de estas dimensiones y complejidad.
La 73ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de este año se celebra bajo el lema “Hacer que las Naciones Unidas sean relevantes para todas las personas: Liderazgo global y responsabilidades compartidas para sociedades pacíficas, equitativas y sostenibles”. Oremos esta semana para que los refugiados en todo el mundo sean testigos de un genuino liderazgo global y de la responsabilidad compartida, de modo que la globalización de la indiferencia, de la que tan a menudo se lamenta el Papa Francisco, pueda dar paso a la globalización de la solidaridad y la compasión.
ORACIÓN
Dios del amor y la misericordia, oramos para que los líderes mundiales tengan la compasión, la visión y el coraje de adoptar el Pacto Mundial para los Refugiados, y encuentren activa y decididamente formas de trabajar juntos para mejorar la situación de los refugiados en todas partes.
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Fuente: http://es.jrs.net